Dignidad para enfermos del mal de Hansen

El libro testimonial fue presentado durante la misa oficiada el domingo último por el arzobispo Edmundo Valenzuela. ¿El tema? Testimonios del hogar y refugio de los enfermos de mal de Hansen (lepra) en Paraguay.

Cuenta Gladys Benza que no es propiamente escritora, es arquitecta, y que trabaja en un laboratorio patológico. Sin embargo, pese a su autoconcepto de “no ser escritora”, al dar una mirada rápida al libro notamos su hermosa escritura, su pulcritud, con bello y coloquial lenguaje, y por sobre todo, su amor hacia quienes son cuidados en la colonia Santa Isabel de Sapucai.

Gladys afirma que su interés por el sitio y sus pacientes surgió al escuchar realidades relatadas por padres franciscanos, durante las misas.

Intrigada, visitó Sapucai, no una, sino muchas veces. Y vivió varios periodos de dos semanas en el pabellón con las mujeres enfermas de Mal de Hansen. Entendió que estas personas necesitan mucho: atención médica más asidua, medicamentos, espacio decoroso –y no el sitio donde se encuentran, que ya casi se derrumba por estar minado de kupi’i–, un baño decente (dado que hay solo con una letrina), etc. Y lo más importante, es que claman por afecto, compañía emocional, visitas de familiares, al menos padrinos que los vean de tanto en tanto.

Hace años, Gladys difundió y vendió todos los ejemplares de un libro de poemas en guaraní escrito por Tomás Castillo (usuario).

Ese hecho implicó casi un milagro para los enfermos, pues lo asumieron como una conexión con la realidad.

Aislados en Sapucai, el que gente externa a la colonia leyera los poemas de Tomás fue formar parte de una sociedad de la cual se encuentran excluidos. Así nació el proyecto más ambicioso: plasmar sus testimonios en un libro.

Recopiló las vivencias Arnulfo Morales (enfermo, quien ahora vive con su familia, en Luque). Cada ejemplar cuesta G. 50.000, y todo lo recaudado beneficiará al leprocomio y sus usuarios.

El libro puede adquirirse en Librerías Paulinas, y volverá a difundirse este domingo 7 a las 10:00, en la misa del Santuario Perpetuo Socorro (Tacuary y Cuarta).

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