El niño que confía en sí mismo, lo transmite

La autoestima es lo más importante que los padres deben fortalecer en sus hijos. A través de la disciplina positiva se educa desde la amabilidad y la firmeza. “Como padres necesitamos nuevas herramientas para educar a nuestros hijos, es difícil cambiar nuestros pensamientos, pero no es imposible”, dice la psicóloga Tania Albertini.

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Hay niños que no saben defenderse, que se sienten menos frente a otros, que callan pero sufren o tal vez están siempre a la defensiva, son niños con baja autoestima. Desde que el bebé está en el vientre materno, reconoce la voz de su madre, por eso es importante hablarle, cantarle para formar un apego saludable. “Si bien el niño cuando nace no sabe quién es, a través de sus cuidadores va construyendo un vínculo de apego, va entendiendo el mundo y conociendo lo que le rodea. Aprende de lo que siente, ve, escucha y saca sus propias experiencias. Cuanto mayor sea el apego seguro entre ambos, mayor pronóstico de seguridad, confianza; por ende, autoestima tendrá”, explica Tania Albertini desde la disciplina positiva. Esta línea está basada en la filosofía de los psiquiatras Alfred Adler y Rudolf Dreikurs. Ellos comprendieron la importancia de mantener la dignidad y respeto por todas las personas, incluyendo a los niños. Algunos criterios de la disciplina positiva son: ayuda a construir sentido de conexión y pertenencia; provee una base de amabilidad y firmeza; es efectiva a largo plazo, respetuosa con el niño y el adulto. Enseña habilidades sociales y de vida, descubre capacidades, se enfoca en soluciones y no castigos. Es motivadora y ve los errores como oportunidades de aprendizaje.

-¿Qué hay que asumir dentro de una nueva educación?

-La educación moderna nos ayuda a darnos cuenta de la importancia de escuchar a los niños, de hacerles partícipes en las clases, la comunidad y el hogar. Una educación colaborativa y con tareas adecuadas a la edad. Cuando un niño siente y vive a través de experiencias cotidianas puede formar creencias internas que digan “soy capaz”, “puedo hacerlo”, “yo valgo”

-¿Cómo sabemos qué piensa nuestro hijo de sí mismo? Antes no se prestaba mucha atención a cómo se sentía un niño

-Sí, los tiempos han cambiado y los padres o cuidadores deben buscar nuevas estrategias para relacionarse saludablemente con sus hijos. Lo principal siempre es estar atentos y ser observadores de los niños, por ejemplo, ver sus rostros, su ánimo, si ven que pasa algo acercarse y preguntar. La pregunta que hagamos debe ser hecha siempre con buena actitud. Preguntar sobre su día en el colegio, si está molesto, si quiere conversar. Si el niño dice que no -es muy común encerrarse en sí mismo- podemos darle su espacio y tiempo y decirle que estamos ahí para conversar si más tarde lo desea. También podemos darle una hoja y colores para que pinte lo que le está sucediendo y así poder crear una atmósfera de confianza.

-Padres sobreprotectores o padres distantes, ¿cómo afectan al desarrollo de la autoestima?

-Algunas veces podemos pasar de un extremo al otro, ser muy controladores y autoritarios o ser muy permisivos, y de esa manera querer vincularnos con nuestros hijos. Para mantener un equilibrio, hay muchas estrategias que enseñamos con la disciplina positiva, en donde uno va aprendiendo a ser padre, ya que no venimos con un manual y además tendemos a repetir nuestra historia familiar. Es difícil cortar los lazos de lo que vivimos, pero no es imposible. Al ir aprendiendo nuevas herramientas, se van quedando en nuestro ser, en nuestros pensamientos para poder vivir de otra manera con nuestros hijos.

-¿Qué impide a los padres ir soltando a los hijos?

-Muchas veces el miedo a que se lastimen, que les pase algo malo, en general pasa más con los muy pequeños, que deben estar supervisados constantemente por un adulto. Pero dependiendo de la edad, los niños pueden ir realizando pequeñas tareas en la casa y la escuela, así gradualmente el padre o cuidador debería ir soltándole para que adquiera confianza en sí mismo. Por ej. un niño a los 2 años quiere comer solo, y muchas veces los mismos padres les decimos “no, así no se hace, te vas a ensuciar”, sin darle tiempo suficiente para ir experimentando y aprendiendo nuevas habilidades que lo hagan seguro y confiado. Todos los niños tienen un poder personal desde chiquitos y depende de nosotros cómo pueden ir aprendiendo a utilizar ese poder con diferentes actividades en el hogar y la comunidad.

-¿Qué proyecta un niño con sana autoestima?

-El niño tiene confianza, seguridad, puede hacer las actividades que se le plantean en el colegio. Se siente capaz de lograr cosas, se muestra alegre la mayor parte del tiempo, se siente lindo con lo que viste, etc. Lo contrario es un niño que no es capaz de lograr actividades diarias, se queja mucho o al primer intento se frustra. Un niño que se llama a sí mismo “tonto”, que trata de encajar en un grupo de amigos y no lo logra, es un niño con baja autoestima, y habría que indagar qué está pasando por su mundo y sus creencias internas.

-¿Qué problemas trabajás más en consultorio?

-En el consultorio recibo consultas por niños con baja autoestima, peleas entre hermanos, berrinches y cómo lidiarlos. Cómo manejar la agresión o energía de los niños. Cómo preparar al niño con la llegada de un hermanito, problemas con la comida, con dormir de noche. Los cambios de humor al iniciar la adolescencia. Los celos entre hermanos. Divorcio, separación de los padres, entre otros. Respecto a la autoestima, proporciono herramientas para que logren transformar sus pensamientos, haciéndolos más funcionales y así destrabar, por ejemplo, el miedo y la ansiedad. Vemos qué mensajes recibe el niño desde afuera, qué creencias se va formando y cómo lograr que sean mensajes más positivos y saludables.

lperalta@abc.com.py

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