En el Hospital de Clínicas se realizó ayer el trasplante renal número 26

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SAN LORENZO (Antonia Delvalle C., corresponsal). Un nuevo trasplante renal, que es el número 26 en el Hospital de Clínicas, se llevó a cabo ayer. Fue posible, una vez más, mediante un acto de amor entre hermanas, para lo cual la paciente tuvo que venir hace nueve meses desde Argentina, a donde emigró en 1999, comentó la madre de ambas, Gregoria Mendoza de Figueredo.

La donante es Marlene Andrea Figueredo, de 19 años, una estudiante de contabilidad, y la receptora es María Eugenia Figueredo, de 32 años, ama de casa, quien reside en la Argentina, a donde había ido en busca de mejores horizontes.

La paciente, que tiene una hija de 3 años (Sofía) y un varón de 11 años (Francisco), sufre de poliquistosis renal, que es la formación de múltiples quistes en los riñones, más litiasis renal (cálculos o piedras).

“Poliquistosis renal era el diagnóstico de la paciente trasplantada, quien lo heredó de su padre, ya que este caso es un trastorno transmisible genético; con el implante del órgano sano donado por su hermana de madre”, explicó el Prof. Dr. Hernán Codas Jacquet, jefe de la Unidad de Trasplantes del Hospital de Clínicas, dependiente de la Facultad de Ciencias Médicas.

El médico manifestó que la paciente receptora del órgano “manifestó buena diuresis (orina bien) y se encuentra en buen estado, lo que indica que existe aceptación del riñón con el organismo”.

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La donante ya se encontraba ayer en la sala de internados y su hermana en cuidados intensivos, donde por protocolo debe permanecer unas 48 horas.

Diálisis

La paciente trasplantada, previamente a la cirugía se realizó sesiones de hemodiálisis por cerca de 9 meses en un centro médico privado de San Lorenzo.

María Eugenia, como tantas otras paraguayas había emigrado a la Argentina en busca de mejores condiciones de vida, donde estaba siguiendo tratamiento, pero las posibilidades para la cirugía eran remotas porque debía entrar en una larga lista de espera. Estuvo muy mal, incluso se internó ocho días en terapia intensiva y su madre le convenció de que venga a Paraguay a operarse.

Marlene y María Eugenia son hermanas de madre, ya que a esta última le reconoció Aníbal Figueredo, esposo de doña Gregoria, cuando ella tenía tres años, comentó emocionada la señora.

Para la mencionada cirugía también vino al país el esposo de la beneficiaria, Cirilo Rosas, un pintor de obras.