En la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (Essap) dijeron ayer que van a verificar “porque puede tratarse del sistema de alcantarillado sanitario, que le corresponde, o de un desagüe pluvial, que compete a la Comuna”.
Ayer, también en el microcentro, se podía ver un “arroyo” de agua potable en la intersección de Fulgencio R. Moreno y Yegros, por culpa de dos caños rotos. Una de las pérdidas se podía ver en medio de la calle donde se unen el pavimento asfáltico con el de cemento. La otra, más pequeña, cerca de la vereda, ya tiene una reparación anterior, a juzgar por la capa asfáltica.
Estas son pequeñas muestras de los problemas que generan para la ciudad y sus habitantes las redes de la Essap que se rompen en cada cuadra. Si no es su red de agua, es la cloacal.
Control de calidad de mano de obra y materiales
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Para solucionarlos, la estatal debe encarar con rigor dos aspectos, según un informe de auditoría interna que saltó a la luz pública a fines del año pasado. Uno de esos aspectos mencionados es la capacitación de los cuadrilleros, porque sus trabajos son de baja calidad, y el otro se relaciona a un estricto control de calidad de los materiales proveídos.
Datos facilitados por la estatal señalan que no factura casi la mitad del agua potabilizada. Esto significa una pérdida de alrededor de US$ 30 millones al año en términos monetarios.