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Tras aguardar por horas y sin obtener respuestas, los universitarios decidieron quedarse a esperar que sus preguntas sean contestadas el tiempo que sea necesario. Incluso metieron varios colchones como para quedarse a dormir.
A raíz de esta situación el asesor jurídico del Rectorado, Raúl Astigarraga, comunicó al Ministerio Público que los jóvenes se negaban a retirarse y que a las 13:30 debían cerrar las oficinas del Rectorado.
El asistente fiscal Diego Ramírez intervino y llegó a un consenso con los alumnos, quienes se retiraron del edificio con la promesa de que volverían el lunes.