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Según el religioso, es un gran consuelo para la familia del donante, saber que los órganos del ser querido que partió al encuentro con el Señor, dan vida a otras personas. “Es por eso, que la Iglesia exhorta con viva esperanza, para que los cristianos y personas de buena voluntad, aprecien este gesto y puedan ser potenciales donantes de órganos”, señala el mensaje.
Cuquejo pidió superar el prejuicio de que el órgano donado sea una gran pérdida para la familia del donante. “Hoy se nos hace necesario establecer como sociedad un sistema operativo para administrar este aspecto de la vida, que se convierte en un valor y un acto de amor al prójimo”, expresa su mensaje.
Reconoce que no es una decisión fácil donar los órganos de un ser querido, pero aclara que con la donación se está realizando un bien mayor. “Si la persona voluntariamente manifestó la intención de donar sus órganos, debemos honrar su memoria”, expresa. Finalmente, insta a restaurar la vida de muchos hermanos.