Desde el Ministerio de Salud informaron extraoficialmente que se abrió una investigación preliminar contra del Dr. Alarcón, jefe del Servicio de Oncología Médica del Instituto Nacional del Cáncer (Incan). Este fue denunciado porque supuestamente no permite a los médicos a su cargo expedir recetas con nombre genéricos de medicamentos que existen en la farmacia interna del Incan, sino exige expedir recetas con marca comercial, lo que beneficia a una empresa y perjudica a los pacientes que requieren la medicación.
El biosimilar que se niegan a prescribir es Bevacizumab de la marca Bioéticos, representado por el laboratorio Éticos (de Óscar Vicente Scavone), qué ganó la licitación para proveer el producto. Los médicos sí prescriben Bevacizumab de la marca Avastín (Casa Boller, de Andrés Campos Cervera), que perdió el proceso por presentar un precio más alto, según la denuncia.
Por su parte, Alarcón negó que exista una investigación en su contra y señaló que es una “guerra de nervios”. El especialista argumentó que no están recetando el Bevacizumab de Bioéticos porque no tienen pruebas o investigaciones que muestren la efectividad del fármaco.
No a la anarquía
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
Por su parte, el ministro de Salud, Dr. Carlos Morínigo, señaló ayer a ABC que la cartera sanitaria no compra los medicamentos que quiere, sino hay procedimientos establecidos por la ley. “El Incan nos pidió el año pasado la compra del Bevacizumab (mediante nota firmada por Alarcón), que es una droga oncológica. Se llamó a licitación y ganó la empresa Éticos este año. Sin embargo, ellos ahora ponen en tela de juicio el trabajo de la Dirección de Vigilancia Sanitaria, que dio el registro al medicamento y que lo permitió competir en la licitación”, señaló Morínigo.
Agregó que los médicos, por no confiar en el trabajo de Vigilancia Sanitaria, piden un estudio internacional sobre el producto para ver si prescriben o no. “No confían en las instituciones del Estado y entonces quieren opiniones de afuera. Así no se puede, porque va ser una anarquía, ya que cualquiera pediría opiniones externas cuando las cosas no le gustan o no le convienen”, dijo.