Italiana nonagenaria que recorre el mundo a pie ahora visita Paraguay

Una ciudadana de 93 años de edad, Emma Morofini, devota de la Virgen María, recorre el mundo a pie visitando santuarios marianos en los que pide por la paz en el mundo y bienestar para los jóvenes. La mujer, quien se define como “una peregrina por la paz”, dice que asumió esta tarea como un apostolado. Camina entre 1.200 y 1.500 kilómetros por año, según manifestó.

https://arc-anglerfish-arc2-prod-abccolor.s3.amazonaws.com/public/4DIBJUL37NAGVNRSWOEIQNVSI4.jpg

Cargando...

ENCARNACIÓN (Juan Augusto Roa). Emma Morofini es enfermera jubilada, oriunda de la provincia italiana de Mantova. La peregrina expresa que inició su vida de caminante cuando tenía 70 años, luego de recuperarse de una enfermedad muy grave y por la que le daban pocas posibilidades de salir airosa, según explica.

“Durante seis meses estuve convaleciente, yo soy enfermera, y los médicos me dijeron que tenía pocas esperanzas de vida. Entonces me encomendé y le hice una promesa a la Virgen de Lourdes de que si me salvaba iba a ir caminando hasta su santuario”, refirió.

Agregó que cuando se restableció su salud cumplió su promesa: Caminó 1.350 kilómetros desde su ciudad en Italia hasta el santuario de la Virgen de Lourdes, situado en el suroeste de Francia.

Luego dijo que aquella experiencia le resultó maravillosa y motivadora, por la oportunidad de conocer gente, hacer amigos, comunicarse con ellos, por lo cual decidió asumir como una promesa permanente caminar todos los años hasta algún santuario mariano en cualquier parte del mundo.

Así ya visitó, además de Francia, España, Polonia, Brasil (donde estuvo en tres ocasiones), Argentina, entre otros, y este año por primera vez está en Paraguay.

Durante un viaje a la Argentina el año pasado conoció a una deportista paraguaya, María Elicia Jara, oriunda de Encarnación, quien le propuso visitar el país y conocer el santuario de Caacupé.

“Fue así que este año decidí hacer mi caminata en Paraguay”, refiere la nonagenaria. Este largo viaje ahora lo hizo acompañada de sus amigos María Elicia y su esposo Patricio Dalí, ambos residentes en la ciudad de Buenos Aires a quienes conoció en el santuario de Luján.

A los 90 años sufrió un accidente que le dejó postrada en cama por varios meses. Le tuvieron que poner una prótesis. “Me dijeron que no podría caminar más, pero sigo andando”, dice entre risas.

Sin parientes

Cuando no está caminando por el mundo, se dedica a visitar enfermos en los hospitales en su país. “No tengo a nadie en el mundo, mi vida entera me dediqué a mi profesión de enfermera y no tuve tiempo para tener marido ni hijos”, dice.

Sus padres y dos hermanos que tuvo murieron durante la Segunda Guerra mundial, cuando todavía eran pequeños. Desde entonces no tiene a nadie en el mundo, salvo sus muchos amigos acumulados durante todos estos años de existencia.

La ciudadana italiana aclaró que sus caminatas no son “de un solo tirón” o continuas, sino que lo hace solo de día y generalmente acompañada desde cerca por alguien que está a bordo de un coche.

Por las noches se queda a dormir en algún sitio y en algunos tramos hace su recorrido a bordo del vehículo de la persona que la acompaña. “Donde quiera que vaya siempre encuentro quien me acompañe”, comenta.

Tras su llegada a Encarnación dijo que tenía interés en conocer el santuario de la Virgen de Itacuá, y luego cruzar a la provincia de Misiones (Argentina), donde quiere conocer las cataratas del Yguazú. De aquí tiene previsto viajar en ómnibus a Córdoba, y desde ahí iniciar un periplo a pie de 1.400 kilómetros hasta el santuario de Luján, en la provincia de Buenos Aires.

Algo vergonzoso

La visita de Emma Morofini a Paraguay tuvo un lamentable incidente, el cual, dijo no le amilana. Estando hospedada con sus dos acompañantes en un alojamiento en un convento de Itauguá, conocido como “Oasis los Franciscanos”, fueron víctimas del hurto de todo el dinero que llevaban.

“Entraron a la habitación donde dormíamos los tres, se llevaron 6.500 dólares americanos, 2.000 pesos argentinos y unos 100.000 guaraníes, además de mi teléfono celular”, relató María Elicia Jara.

Lo llamativo es que no fue forzada la puerta, lo que significa que quien entró tenía la llave. “Se llevaron mi teléfono pero me dejaron el chip, y no se llevaron nuestros documentos”, agregó.

Dijo que las responsables del convento negaron el hecho, y que de esta situación se va a enterar el papa Francisco. A su regreso a Italia Emma Morofini “tendrá una entrevista con él”, afirmó.

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...