La representación del ingreso de Jesús a Jerusalén montado en un burro comenzó poco después de las 11:00 y además del saludo con las palmas, llamó la atención de los celebrantes que varios fieles, al paso de la procesión, se concentraban para hacerse selfies (autorretrato con la cámara del teléfono).
La misa estuvo a cargo del arzobispo Edmundo Valenzuela, quien inició su homilía haciendo relación a los hechos violentos registrados días atrás en el marco del proyecto de reelección, que impulsa un grupo de políticos y es rechazada por un sector de la oposición. “Así se inicia una Semana Santa que nos tiene que ayudar a rezar mucho más, a implorar sobre todo en este momento, por toda la situación que estamos viviendo. Debemos pedir al Señor sabiduría para buscar soluciones a los problemas políticos. Así como el Papa nos ha pedido, buscar sin cansarse solucionar los problemas políticos sin violencia”, indicó el obispo.
Invitó a los creyentes que en esta semana cada una de las familias intensifique su oración. “Sé que muchos el viernes pasado han escuchado la invitación de la Conferencia Episcopal para hacer un día de ayuno, de oración y así predisponernos para el único camino que tenemos aquí y es entendernos entre las personas. Entendernos significa escucharnos, ser racionales, respetuosos, evitar ofensas e insultos. Evitar todo lo que es humillación a otros, de una u otra parte”, indicó.
Agregó que cada cristiano, cada católico, debe tomar su responsabilidad en sus palabras, en sus pensamientos y en sus acciones. “El papa Francisco, justamente al inicio del año, nos había hablado de la jornada mundial de la paz sobre cómo el cristiano imita a Jesús, cómo el cristiano practica la no violencia activa”, destacó.
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Valenzuela recordó también en su mensaje que Jesús enseñó con ejemplos a no devolver mal por mal.