Fuera por accidente o de forma intencional, las personas que derriben árboles cometen la falta descripta en la Ordenanza 340/2013 de Protección Arbórea. En varios artículos de esta se habla de la responsabilidad que recae en la empresa o persona causante de la infracción.
José Escauriza, del Departamento de Fiscalización de la Dirección Ambiental, aseguró que es necesario que en el momento se labre un acta de intervención o que si posteriormente se realiza la denuncia, haya testigos del hecho. “Esta regla se elaboró porque sería injusto tener que pagar multas por derribar columnas y no por matar seres vivos”, agregó.
Por su parte, Diego Sosa, del Departamento de Recursos Naturales, explicó que la persona, además, tendrá que plantar diez árboles si derribó uno y de haber sido más, la cifra aumentará en la misma proporción. Se posea permiso municipal o no, esto se debe realizar.
Expresó que lo ideal es que se pueda plantar en el mismo terreno en el que se derribó el anterior. De no ser posible esto, la Comuna capitalina especificará el sitio, generalmente en espacios verdes, como plazas, o paseos centrales.
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Los árboles no pueden ser derribados para la implementación de obras e infraestructura civil, a menos que sea imprescindible porque no existen soluciones técnicas.
Para realizar esta acción, el propietario debe solicitar el permiso a la Comuna. El trabajo solo lo hará un profesional habilitado por esta institución, o se la solicitará directamente a los funcionarios municipales.
Asimismo, los que usen la flora para fijar carteles o pasacalles serán multados con un monto de 5 jornales (G. 350.000).