Hoy, cuando el ajetreo diario se calme, las familias paraguayas se reunirán frente al pesebre del Belén para conmemorar el nacimiento del Niño Dios. La Nochebuena es de la dulce espera.
Para muchos que irán a interior para visitar a los familiares, las distancias se acortarán, porque la meta es estar junto a ellos y allí frente al pesebre, recordar anécdotas de la infancia y sobre todo aquellos momentos, cuando la abuela o la persona mayor de la casa, armaba el nacimiento y hacía a cada uno besar al niñito.
La Nochebuena siempre fue una invitación al perdón. Hoy nadie quiere estar en entredicho con nadie, porque el Niño Dios nació humilde y ante su presencia entronizado en el pesebre, las diferencias deben quedar en el olvido.
Nochebuena nos recuerda cuando visitábamos los pesebres; aquellos nacimientos que armaban nuestros vecinos y al salir respondíamos: “¡Qué lindo está tu pesebre!”.
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Hoy es noche de paz. Algunos, recién hoy arman su pesebre y todo debe estar a mano: el ka’avove’i, la flor del caraguatá, las guirnaldas y la flor de coco, que con su aroma, hace que la Navidad sea más auténtica. ¿Qué sería de la Navidad paraguaya sin ese preciado aroma?
Hoy es Nochebuena y sorprende al Paraguay afrontando una gran inundación que hará que muchos no tengan un lugar donde celebrar, al igual que el Niño Dios, cuyos padres tampoco encontraban un sitio para que naciera. El drama de los damnificados es un llamado a no estar indiferentes ante la desgracia del que sufre y necesidad la solidaridad cristiana.
La Nochebuena que se celebra invita a recuperar el verdadero sentido de la Navidad, que más allá de la connotación comercial que se le da, recuerda la presencia de Dios en un niño limitado, pero que irá creciendo en sabiduría en el seno de una familia.
Esta Navidad llega en un momento en que las proyecciones económicas son optimistas. El deseo de todos los paraguayos es que esa bonanza llegue a los sectores más necesitados y se concrete en fuentes de trabajo y seguridad. Estos deseos también estarán frente al pesebre.
En la mesa familiar estarán también el recuerdo de los seres queridos que han pasado a la inmortalidad, al igual que los ausentes y aquellas personas que por necesidad económica tuvieron que abandonar el hogar y buscar nuevos horizontes.
Misa del gallo
En nuestro país es costumbre ir este día a los templos y participar de la misa de la Nochebuena o del gallo, que se denomina así, porque, según la creencia popular, fue un gallo el primero que cantó el nacimiento del Niño Dios. En la Catedral Metropolitana este acto comenzará a las 22:00 y será presidido por el arzobispo metropolitano de Asunción, monseñor Edmundo Valenzuela. También habrá misas en otros templos (Ver infografía). Mañana, día del nacimiento del Niño Dios, la misa en la Catedral Metropolitana será a las 11:00.