La pobreza y la falta de políticas públicas hieren a nuestra juventud

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El 56% de la población tiene menos de 30 años (y festeja hoy su día). A esto se denomina bono demográfico, una oportunidad única que tiene el país de contar con más personas en edad de trabajar y producir. Ese potencial se pierde por la falta de políticas públicas y el alto déficit en salud, educación y empleo.

La inversión en la adolescencia y la juventud está postergada en nuestro país. Este grupo etario tan importante para el progreso del país sufre por la falta de políticas públicas que eviten el alarmante déficit que enfrentan en materia de educación, salud y empleo.

Según el último informe sobre juventud por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), el 55,6% de adolescentes y jóvenes entre 15 y 29 años no asiste actualmente a un establecimiento de enseñanza, lo que implica que más de un millón de adolescentes y jóvenes se hallan fuera del sistema educativo.

A medida que aumenta la edad se reduce significativamente el acceso a la educación, principalmente por razones económicas. Solo el 20% de adolescentes y jóvenes tienen condiciones para dedicarse exclusivamente a estudiar.

A estos preocupantes datos se suman los de la sobreedad. El retraso escolar de 3 o más años afecta a más de la mitad de los estudiantes de 15 años, particularmente a estudiantes de las zonas rurales, donde casi 7 de cada 10 jóvenes están con retraso escolar, mientras que en la zona urbana este valor alcanza a cerca de 5 jóvenes.

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Salud aplazada

De cada 10 nuevos diagnósticos de VIH, más de 4 corresponden a adolescentes o jóvenes, y dentro de este grupo, los de 20 a 24 años presentan mayor incidencia. Los nuevos diagnósticos se concentran mayormente en hombres (64,4%). No obstante, según fuentes clínicas, las mujeres infectadas tienen menor tiempo de supervivencia que los hombres porque tienden a buscar tratamiento más tarde (si es que llegan a hacerlo).

Los accidentes y homicidios son las principales causas de mortalidad adolescente y juvenil. En la última década los accidentes y homicidios se mantienen en primer lugar. Los accidentes explican casi la mitad de las defunciones entre 15 y 24 años. Los homicidios aparecen como una causa importante, sobre todo entre los 25 y 29 años.

Por su parte, los tumores constituyen la tercera causa de muerte más importante, sobre todo en el último tramo de edad (25 a 29 años). En las mujeres, los tumores de mama y cuello uterino ocupan los primeros lugares. Los servicios de salud, por su parte, se comportan de manera diferente con las mujeres más jóvenes, privilegiando a las adultas.

Otro índice alarmante es el alto porcentaje de embarazo en la primera adolescencia de 10 a 14 años (62,6%), sin control prenatal alguno. El embarazo en este grupo etario por lo general es producto de situaciones de violencia, exclusión y una sociedad profundamente patriarcal.

Desocupación

Más de la mitad de la población desocupada del país son jóvenes, y 3 de cada 4 jóvenes que trabajan no gozan de los beneficios que proporciona un trabajo formal, como seguridad social y aportes jubilatorios. Y lo peor: el ingreso medio de la población juvenil ocupada es inferior al salario mínimo.