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La muerte ya no tiene poder. La muerte eterna ya no significa nada; hoy podemos vencerla aferrados a Jesucristo. Es menester además ayudar a otros en la tarea del encuentro con el Señor de la vida. Es urgente ser portadores de la luz que Jesús quiere hacer resplandecer. Somos hoy los portadores de la gracia que Dios quiere comunicar a todo hombre. Abrámonos a esta experiencia de vida plena en el Señor.
Oración
Señor Jesucristo, que en tu entrega generosa venciste a la muerte, ilumina nuestras vidas para que sepamos vencer a las sombras que no nos permiten ver la luz verdadera que procede de Ti. Danos corazones nuevos que sepan amar como Tú, sostén nuestras luchas contra el pecado de la indiferencia y danos cada vez más la gracia de sentirnos abrazados contigo, nuestro fiel amigo. Te lo pedimos, Rey y Señor, Dios vencedor. Amén.