SAN BERNARDINO, Dpto. de Cordillera (Desiré Cabrera). Una de las obligaciones de la Secretaría del Ambiente (Seam) es proteger y preservar los recursos hídricos del Paraguay. El lago Ypacaraí es el más claro ejemplo de la total negligencia del ente estatal para evitar su colapso.
Desde su creación –en el año 2000– la Seam es un fracaso, ni siquiera logró frenar a las empresas y particulares que derraman los residuos en las cuencas. Rolando de Barros Barrero, ministro de la Seam, se excusó diciendo que “intervenciones hay miles, pero nosotros no podemos cerrar la operación. Las sancionamos administrativamente a las empresas, pero después la fiscalía debe entrar a actuar, pero igual ellas pueden seguir tirando sus residuos porque los procesos son muy lentos. Tenemos como 1.200 carpetas en sumarios administrativos y solo tengo 8 asesores jurídicos para esa recarga nacional”, explicó.
A cinco años del primer bloom de las cianobacterias a causa del florecimiento de las algas tóxicas que tiñeron de verde el lago Ypacaraí, solo se han aplicado proyectos piloto poco efectivos como la colocación de equipos de ultrasonidos en San Bernardino que obtuvo mínimos resultados, y ahora en Areguá. Este plan sería el segundo proyecto piloto de “remediación” aplicado. El primero fue el cultivo de islas de totoras, que costaron unos G. 170 millones, según el Ing. Hilario Hermosa, coordinador de proyectos.
Ahora se planea colocar vallados físicos flotantes en las playas más concurridas, como La Rotonda y Ciclovía de San Bernardino, para evitar así que la floración de las cianobacterias llegue a la orilla. Sin embargo, esto no resolvería el problema de la grave contaminación, sino sería más bien una forma de ocultar el color verdoso que alarma a la población.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
Esa situación se debe a que se siguen arrojando contaminantes al recurso hídrico. De entre los 21 municipios de la cuenca del Ypacaraí, solo San Bernardino tiene sistema de alcantarillado sanitario, pero cubre solo al 40% de la población. Según estudios técnicos, el 80% de los contaminantes corresponden a desechos cloacales domiciliarios. A eso se suma la gran cantidad de industrias, 194 de ellas intervenidas por arrojar sus desechos al lago.
Sin embargo, las obras iniciadas en Areguá e Itauguá fueron suspendidas y el contrato para la construcción del alcantarillado sanitario fue rescindido. Además ninguna empresa que vierte sus desechos a los afluentes del lago fue cerrada. Desde el 2012 los jefes comunales y gobernadores de la Cuenca del Lago realizan sendas reuniones, pero no ejecutan nada para salvar de manera integral el cauce.
El presupuesto público de la Seam es de US$ 7 millones y US$ 7.5 millones captó de organismos internacionales este año.
