Liz no aguantó su lucha por la vida y falleció ayer

A consecuencia de un paro cardiaco, falleció cerca de las 17:20 de ayer Liz Karina Herrera Martínez, la niña de 7 años que el pasado viernes sufrió una bradicardia extrema y shock cardiogénico irreversible.

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“Ya desde el jueves la pequeña estaba mucho más sensible, con llanto fácil y muy desganada, pero el viernes su situación empeoró porque hizo un shock cardiogénico, por lo que entró en asistencia respiratoria mecánica”, reportó por su parte la doctora Nancy Garay, jefa de Cardiología.

“Se le agregaron a las drogas que ya estaba recibiendo, como por ejemplo adrenalina para ayudar a mejorar la frecuencia y la fuerza del latido cardíaco y mantener la presión arterial estable”, añadió la cardióloga.

Garay afirmó en la oportunidad que solo le daban una semana de vida, porque su cuadro era muy extremo. Señaló que conseguir un corazón era de extrema urgencia para salvar su vida.

“Se pudo evitar este desenlace si en Paraguay se contaba con un dispositivo denominado “Berlin Heart” o corazón artificial, que cuesta un millón de dólares. Con eso, una persona, ya sea criatura o adulto, puede resistir hasta seis meses mientras aguarda la aparición de un donante para el trasplante”, explicó Garay.

La pequeña estaba internada en el citado centro asistencial desde el pasado mes de enero. Fue traída del asentamiento “11 de Mayo” de San Juan Nepomuceno, en el departamento de Caazapá.

El cuerpo de la menor fue depositado en la morgue del hospital y la Municipalidad de San Lorenzo donó un cajón fúnebre. Se aguarda para hoy su traslado a su ciudad natal.

Deseos y anécdotas

Uno de los deseos más preciados de Liz Karina era volver a ver a su hermanito Rodrigo, de un año y siete meses de edad. También quería obsequiarle un camioncito para que pudieran jugar juntos en su vivienda.

Según fuentes del hospital, ella quería salir a toda costa de la sala para ir a jugar, sobre todo con su amiga Raquel, que es oriunda de su ciudad. Ella también les relató que en su casa dejó a su mascota “Michi”, un gatito blanco y negro, mezcla de los colores del club de sus amores, Olimpia.

Entre otras anécdotas, Liz contó que tenía una ternera llamada “Vaquilla”, que lo único que hacía era mamar.

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