Ayer, el domingo fue de fiesta total en el Círculo de Oficiales Retirados de la Policía Nacional, donde hijos, nietos, bisnietos y amistades se reunieron a la hora del almuerzo para agasajarlo como corresponde.
Al llegar, lo recibieron de pie y con aplausos, le cantaron “Cumpleaños feliz” y lo saludaron muy afectuosamente. En todo momento lo rodearon sus hijos Segundo, Eugenia María, Pedro José, Edda Stella y Gumercindo, mientras la fiesta era amenizada por los grupos “Los González”, y “Sintonía de Piribebuy”.
En el salón. finamente adornado, los comensales saborearon bocaditos y luego un bufé, que incluyó festival de pastas, carnes frías, vitel toné, variedad de ensaladas, romanitas, muslitos de pollo, milanesitas, roast beef, entre otras delicias, sin olvidar una delicada mesa de dulces y la torta.
Todo un merecido banquete, para agasajar a don Miguel Zalazar, quien a los 17 años pidió permiso a su padre para servir a la patria durante la Guerra del Chaco.
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Así, don Miguel Vicente Zalazar acompañó a su hijo, pasando por Arroyos y Esteros, hasta llegar a Asunción a una oficina de la Marina frente a la Aduana, donde presentó a su hijo como voluntario.
Fueron numerosas las vicisitudes vividas por Zalazar Rocha durante la Guerra del Chaco, y las escribió en forma de memorias en un cuaderno, en que cuenta que incluso sufrió varios problemas de salud, y que cayó prisionero de los bolivianos. En ese marco trabajó como albañil e incluso como panadero. Al concluir la guerra se desempeñó en la función pública en 25 de Diciembre. Luego fue juez de paz y a la vez comerciante, dueño del negocio “Casa San Miguel, ramos generales”. Se casó con doña Elvira Soto y es padre de cinco hijos: Pedro José, Gumercindo, Segundo, Eugenia María Francisca y Edda Stella. Tiene 24 nietos y 10 bisnietos.
Visita con frecuencia Piribebuy, ciudad que apodó como su “Última Tule”.