Para lograr el objetivo, los jóvenes empezaron a realizar diversas actividades desde hace aproximadamente un año. “También contamos con la ayuda de personas de buena voluntad, entidades y nuestro municipio”, dijo Olga Zarza, una de las integrantes y coordinadoras del grupo.
“No teníamos fines de semana libres, sacrificábamos festejos y nuestro tiempo libre entregándonos totalmente a actividades como sorteos, polladas, colectas, conciertos, hamburgueseadas, ferias e incluso vendíamos palmas en Semana Santa y rosarios y pulseras que elaboramos nosotros mismos. Pero valió la pena”, precisó.
Destacó el apoyo de las familias y la comunidad de Guarambaré que les hicieron llegar a la meta.
A su vez, el padre Gregorio Adamczyk, de los Franciscanos Conventuales, también manifestó su satisfacción por formar parte del grupo, dado que ahora volverá a su tierra natal de donde salió siendo seminarista a los 22 años.
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Estuvo en Bolivia donde realizó su teología y formación sacerdotal, pero se ordenó en Polonia y luego ya vino directamente a Guarambaré, donde trabaja con jóvenes y niños dirigiendo la Escuela de Evangelización o Taberna Franciscana, donde construyen un comedor para niños necesitados.