Poca afluencia de pasajeros se registró ayer a la mañana en la Terminal de Ómnibus de Asunción (TOA). Según Luis Ibarra, guardia de seguridad del local, siempre fue así. La víspera (ayer, 24) merma porque los transportistas aumentan unos días antes (22 y 23, principalmente) la cantidad de unidades y frecuencias para poder trasladar al mayor número posible de pasajeros.
La queja de siempre es la incomodidad de los que viajan al interior del país, principalmente a los departamentos de Concepción, San Pedro, Canindeyú, entre otros distantes de la capital. Mientras los pasajeros que van a la Argentina y Brasil lo hacen cómodamente sentados, los que viajan al interior del país deben soportar el hacinamiento. Están obligados a viajar varias horas de pie e inclusive colgados en las estriberas pese al peligro y la prohibición legal. El sacrificio de los pasajeros se inicia ya con la larga espera para abordar los buses.
De acuerdo con informes de los funcionarios de la institución, entre el viernes y el sábado circularon alrededor de 200.000 pasajeros por la terminal.
Este mes de diciembre cerca de 90.000 personas llegaron de Argentina y solo el día 22 hubo unas 6.240 personas, según informó el jefe de Operaciones de la TOA Arnaldo Romero. Agregó que desde Brasil se tuvieron unas 12 llegadas de buses por día.
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Pese a la cantidad de pasajeros que mueve la terminal todos los días, y principalmente los feriados, sigue en estado deplorable, lleno de basura, con los pisos deteriorados y sucios. Hasta las plantas y árboles están abandonados. El cementado de la explanada a la que arriban los vehículos está lleno de baches y agua servida.
