El ministro quiere reorientar esos recursos a potenciar las infraestructuras de las instituciones que requieran atención urgente o que estén afectadas por emergencias.
“Ese proyecto voy a reevaluar. Inicialmente no soy de favorecer la construcción de megainstituciones. Yo fui por más de 6 años evaluador del Colegio Ysaty, uno de los primeros megacolegios, en la época en que tenía todos los salones copados, donde los alumnos eran meros números y los docentes no los ubicaban. La experiencia de poder conversar y dialogar, y el contacto humano en una megainstitución es mucho más difícil. Hay que replantear esa inversión”, dijo.
El funcionario señaló que a cualquier infraestructura que se proyecte para el futuro se debe dar un toque humano que permita la interacción y la relación más fluida entre los niños, jóvenes y docentes.
El ministro también se reunió ayer con gremios de docentes y representantes de Unicef, con miras al gran conversatorio sobre educación que proyecta.
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