Después de aquella medida, el MEC proveyó a la escuela un aula provisoria (carpa), con la que ahora ya no cuentan, por lo cual dos grupos de alumnos desarrollan sus actividades a la sombra de los árboles y los más pequeños en una incómoda capillita.
Para que estos niños puedan realizar sus necesidades fisiológicas, los docentes dejan todas sus tareas y cruzan con ellos la transitada y peligrosa ruta (Quiindy-Acahay) para llegar hasta el sanitario ubicado en el patio de la escuela clausurada.
Ante esta situación y atendiendo que curiosamente la institución no figura en la nómina de escuelas en peligro de derrumbe del MEC, los padres, docentes y el director Silvio Martínez, consiguieron el compromiso de la intendenta Alba de Bogado de construir un aula con recursos de Fonacide.
La promesa viene del año pasado y aún no se ven avances. La autoridad comunal informó que recién podría empezar la obra en 15 días.
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“Me dijo que se presentaron tres oferentes y que dos de los participantes no están en condiciones, por lo que se les otorga el tiempo necesario para completar los documentos y que la construcción llevaría 90 días”, explicó el director.
Por otro lado, en el colegio Comandante Peralta, donde está clausurado un pabellón, los alumnos están estudiando en aulas de un instituto de Formación Docente.
Los padres dan tiempo hasta mañana para que la municipalidad y el Ministerio de Educación se pongan de acuerdo para la reconstrucción del pabellón.
