Culminó ayer en el Seminario Metropolitano la 214 asamblea ordinaria de los obispos del Paraguay con una Carta Pastoral dirigida a los jóvenes y que fue presentada por los obispos Ricardo Valenzuela, de Villarrica; Francisco Pistilli, de Encarnación; y Pedro Jubinville, de San Pedro.
En el documento los pastores invitan a los jóvenes a ser protagonistas en la “construcción de nuestro país involucrándose activamente en procesos educativos, en organizaciones civiles y asociaciones políticas que buscan el bien común”.
Abogan por jóvenes que se comprometan en la remodelación de la cultura del pueblo paraguayo a través de los ideales de amor, justicia, reconciliación, fe y paz.
Recuerdan que la Iglesia ha lanzado un Trienio de la Juventud que ayudará también a renovar la Pastoral Vocacional a fin de que muchos jóvenes puedan escuchar el llamado de Dios y ofrecer sus vidas en una vocación elegida en libertad y alegría.
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Los obispos exhortan a los jóvenes a ser partícipes de la parroquia, de un grupo juvenil o un movimiento.
“Más que nunca la Iglesia quiere ser puerta abierta a todas las formas de participación de los jóvenes”, expresa la Carta Pastoral.
Violencia
Al referirse a la violencia que afecta a los jóvenes lamentan el hostigamiento (bullying) entre jóvenes y niños, que reprueban, así como otras formas de abuso de poder, abuso físico o sexual, que deja secuelas gravísimas.
En este contexto, los pastores rechazan la violencia intrafamiliar. “No podemos callar los casos de violencia criminal que flagelan a la juventud tanto como víctimas y como victimarios: robos, asaltos, agresiones, homicidios”, afirman los obispos.
En la Carta Pastoral manifiestan igualmente la preocupación por el consumo de drogas, la intensificación del narcotráfico, una triste realidad que va en crecimiento con consecuencias desastrosas en el ambiente cotidiano afectando a todos: niños, jóvenes, adultos, de todas las clases sociales.
Proponen una urgente respuesta educativa y de evangelización a estos males.