Con 34 semanas de gestación, Doña Nélida manifestó signos de que era el momento del alumbramiento y se procedió al parto por cesárea, teniendo en cuenta las dos cirugías previas de la paciente con los dos hijos anteriores.
El recién nacido, quien llevará el nombre de Mateo, pesó 2.300 kilogramos, se encuentra en buenas condiciones y con evolución favorable. Permanece internado en el Servicio de Neonatología del centro médico y la madre está hospitalizada para los cuidados especiales.
“Es un caso único y muy poco frecuente que tras un accidente de tránsito con secuelas tan grave en una mujer con una gestación en curso, no se haya provocado un aborto espontáneo y cuando se rompió la membrana sus familiares se dieron cuenta que era el momento del trabajo de parto”, explicó el Dr. Vicente Bataglia, jefe del Departamento de Ginecoostetricia del Hospital Central.
El Dr. Carlos Arellano, jefe de las salas 6A y 6B del Servicio de Neonatología del IPS, manifestó que el bebé en sus primeras horas fuera del vientre materno se encuentra vigoroso, estable y con buena evolución.
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Mirna Barreto, hermana de la madre, refirió que son dos emociones al mismo tiempo. Por una parte, Nélida con su situación y, por otra, la alegría por el nacimiento de Mateo que es la prueba viva del milagro de Dios. Agregó que el bebé está en observación.