Néstor Roa, gerente del sistema, aseguró a nuestro diario que requiere de más personal para atender con mayor rapidez los reclamos de los usuarios.
Anteriormente bastaba esta cantidad porque los arreglos se hacían rápido, en el caso de los taponamientos de las redes y registros, porque no eran tan complicados como ahora, debido a la antigüedad y las conexiones ilegales de desagüe pluvial que se detectan en el momento de realizar el trabajo, explicó.
Ahora requieren contar con unas 100 personas porque la cantidad de usuarios aumentó e irá subiendo en la medida que se vayan terminando las nuevas obras de alcantarillado que se están ejecutando en capital y ciudades del área metropolitana.
Hay barrios, como Tacumbú, Republicano y Roberto L. Pettit, donde los habitantes viven prácticamente en medio de la cloaca.
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Los vecinos se quejan de que nunca acuden los operarios de la Essap y si lo hacen, el arreglo que hacen a la red y registros no duran mucho tiempo.
En el caso de los barrios Tacumbú y Roberto L. Pettit, el alto funcionario de la Essap señaló que se trata de un sistema que tiene cuarenta años de antigüedad y que ya requiere de un cambio de tuberías.