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Los cambios climáticos en el país, debidos a la deforestación, sumados a otras alteraciones generadas por el hombre, son causantes de las graves inundaciones que azotan al Paraguay. En Ñeembucú hoy existen comunidades enteras con grandes pérdidas de sus cultivos y viviendas. En Asunción también ya suman y siguen las familias damnificadas por la crecida del río Paraguay.
Ambientalistas y ciudadanos que se unen y trabajan incansablemente por amor a la naturaleza, como es el caso de la campaña “A todo pulmón, Paraguay respira”, defienden reivindicaciones históricas como la reforestación de una extensa parte de bosques depredados y la preservación de especies amenazadas.
De acuerdo con estudios realizados por el Programa Nacional Conjunto ONU REDD integrado por la Secretaría del Ambiente (Seam), el Instituto Forestal Nacional (Infona) y la Federación por la Autodeterminación de los Pueblos Indígenas (FAPI), se detectó que “en 2015-2016 se deforestaron unas 120.000 hectáreas menos a nivel país, en comparación a las 451.858,28 hectáreas destruidas en el periodo 2011-2013”, explicó Rolando de Barros Barreto, titular de la Seam. Agregó que si bien los resultados definitivos de los niveles del 2016-2017 aún no se tienen con exactitud, se detectó preliminarmente que la deforestación ha disminuido.
Por su parte, la Gerencia de Cambio Climático del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) señaló en su informe de marzo que Paraguay es el que más selvas deforestó en región en los últimos 25 años (1990-2015).
En el Chaco el departamento de Boquerón es el que presenta la mayor cantidad de bosques perdidos, específicamente Mcal. Estigarribia, mientras que en la Región Oriental, el departamento de San Pedro. En esta última área un solo establecimiento deforestó 12.000 ha en Santa Rosa del Aguaray en los últimos 10 años.
Líquido vital
Esta organización también reveló que en nuestro país se tiene la cobertura más baja de servicio de agua potable en América Latina. El 40% del país no tiene acceso a agua potable. Sin embargo, Paraguay es el de mayor potencial hídrico en la región, ya que cuenta con una disponibilidad de agua de 67 millones de litros por habitante por año.