Los jesuitas recordaron los 250 años de expulsión de la Compañía de Jesús de América del Sur y 90 años del retorno al Paraguay, con un encuentro de toda la familia ignaciana.
Cientos de personas participaron de las distintas actividades, como ser torneos de fútbol, ferias de comidas, stands de artesanías, torneos y charlas. El inicio de la reunión fue con una correcaminata de 2 km, cuya largada fue poco después de las 8:00 desde el Jardín Botánico.
De este encuentro, que fue el primero, participaron todos los colegios jesuitas, además de las parroquias y obras sociales, como Fe y Alegría y Pa’i Puku, entre otras. Se preparó también el polideportivo del Colegio Técnico Javier para números musicales y de danza. La actividad concluyó con una misa celebrada totalmente en guaraní por el P. Adán Jacquet, SJ, aunque la homilía estuvo a cargo del P. Ireneo Valdez, SJ, superior de los jesuitas del Paraguay.
“Dios estará feliz viéndonos desde el cielo porque ve a toda la familia jesuita junta”, comenzó diciendo el provincial. Recordó que hay que andar con Jesús y como Jesús, quien siempre nos enseñó a dar prioridad al Reino de los Cielos. “Si bien nuestra familia es importante, no hay que idolatrarla, pues Jesucristo nos dice en la Palabra que lo más importante es Él. Ni los hijos ni los padres son tan importantes como Él”, resaltó el cura.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
Señaló además que hay que descubrir lo que Dios quiere. Buscar el discernimiento para conocer el deseo de Dios. “Ser ignacianos es comprometernos, es vivir como Jesús”, recordó Valdez.
Los jesuitas llegaron Paraguay por primera vez en el año 1607. Después de ciento cincuenta años de crecimiento y extensión fueron expulsados por el rey de España Carlos III de todos los territorios del imperio. Volvieron al Paraguay en 1927.
