Preocupa poca venta de pescados en Remanso

MARIANO ROQUE ALONSO (Gladys Villalba, corresponsal). Desde la semana pasada los puestos de venta de pescados frescos y los comedores en el barrio San Rafael, lugar más conocido como Remanso, están casi vacíos. Aseguran que la crecida del río y principalmente la mortandad de peces ahuyentan a los clientes.

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Los dueños de comedores improvisaron un puente de madera que conduce hasta la planta alta de los locales. Vidal Benítez, propietario de uno de puestos de comida, manifestó que el “principal problema es la repentina muerte de los peces”. Dijo que cuentan con veinte mesas de las cuales solo cuatro al día son ocupadas por los clientes que van a almorzar al sitio. Indicó que sus pescados son sanos y que fueron adquiridos hace tiempo y espera que la gente vaya durante la Semana Santa. 

El dorado tiene un precio de G. 40.000 el kilo, el surubí cuesta G. 35. 000, mandi’i G. 20.000, pacú a G. 35.000, la boga G. 30.000 y el pico de pato G. 25.000.

Poca venta

Raquel Bogado, vendedora antigua del barrio, lamentó la poca venta y dijo que ante la masiva mortandad de peces ningún representante de los Ministerios de Salud, del Ambiente y de la Municipalidad asistieron al lugar para la verificación de los productos. Desafió a las autoridades a llegarse al sitio para un almuerzo. Señaló que no temen a los controles y aseguró que fácilmente el comprador podría identificar un pescado sano y otro en mal estado. “La carne del pescado fresco es de color claro y al tocar se mantiene firme. Si está en malas condiciones la carne se deshace con facilidad, cambia de color y su olor es muy fuerte”, dijo. 

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