Proceso de Chiquitunga será ahora estudiado por teólogos

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El milagro probado gracias a la mediación de la venerable María Felicia Guggiari Echeverría, más conocida como Chiquitunga, ahora está a consideración de los teólogos. Si lo aprueban será otro paso hacia su beatificación.

“Los médicos han reconocido que Ángel Ramón Domínguez González fue curado de manera inexplicable”, comenzó diciendo a ABC Color desde Roma el postulador de la causa de beatificación de Chiquitunga, padre Romano Gambalunga.

El jueves se conoció que una junta médica dictaminó que gracias a la mediación de la religiosa paraguaya un bebé recibió el milagro divino y recuperó la vida cuando ya estaba prácticamente muerto. El caso ahora pasa al Congreso de los Teólogos. “Ellos evaluarán el aspecto de la intercesión, a través de los testimonios recogidos en el Proceso. Deben comprobar que lo que acaeció, desde el punto de vista médico, es obra de Dios, por intercesión de Chiquitunga”, indicó.

No hay un plazo para los teólogos, pero cuando se pronuncien, el dictamen pasará a la Congregación de los Santos y de allí al Santo Padre, quien finalmente decidirá la beatificación.

A referirse a la misión de un postulador, indicó que busca las pruebas para demostrar que la reputación de santidad de un Siervo o Sierva de Dios es verdadera.

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La cura milagrosa ocurrió en el 2002. El recién nacido Angel Ramón no respiraba y estaba casi muerto (tenía valor 1 de apgar después de 10 minutos) hasta unos 30 minutos. La pediatra no daba esperanza. En aquellas condiciones, la obstetra rezó a Chiquitunga y gracias a su mediación, Dios obró el milagro y el niño sobrevivió, no hubo secuela “y esto no es posible, no tiene explicación y es considerado un milagro”.

María Felicia Guggiari Echeverría, Chiquitunga, nació el 12 de enero de 1925 en Villarrica. Trabajó en la catequesis de la Acción Católica con niños, jóvenes trabajadores, universitarios con problemas, con los pobres, los enfermos y los ancianos. A los 30 años, el 14 de agosto de 1955, respondió al llamado de Dios e ingresó a la vida contemplativa en el Carmelo de Asunción. Murió el 28 de marzo de 1959, con 34 años. Su proceso de beatificación se inició el 13 de diciembre de 1997.