“Puerto Sajonia, mi desvarío...”

En el inconsciente colectivo de la población asuncena de varias generaciones Sajonia es todo el Oeste y empieza al cruzar la Calle Colón. Lejos del sentido común, las autoridades municipales decidieron desmembrar el gran barrio, lo hicieron trizas y dejaron el nombre relegado a una media luna. El tradicional paraje asunceno, cantado por Manuel Ortiz Guerrero y José Asunción Flores en “Paraguaýpe”, tiene una rica historia de opulencia bien vivida a lo largo de siglos...

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El nombre de uno de los barrios más antiguos y tradicionales es el adjetivo de hitos referenciales: el Estadio del Defensores del Chaco, el viejo Mangrullo o Parque Carlos Antonio López, la Crucecita, entre tantos otros.

Pero en los planos nada de esto está en Sajonia. Quedaron desperdigados por la arbitrariedad en el caserío de otros barrios. El motivo de las desmembraciones, argumentan los viejos pobladores, es que los políticos querían repartirse territorio y gente.

Sajonia tomó tal denominación de un buque homónimo de gran calado y anunciaba su llegada con grandes pitadas antes de anclar en este puerto. Luis Verón dice que ese buque era el famoso “Vapor Pombero” de la época de la revolución de 1904.

La primera usina que produjo electricidad en Asunción se instaló en Sajonia con una concesión de 1910 y, más tarde, se convirtió en una central térmica. Asunción cuenta con luz eléctrica desde 1914 gracias a esas calderas, que hoy dieron paso a la subestación de la ANDE. En diciembre de 1912, por Ordenanza 247 del Poder Ejecutivo, se autorizó al señor Juan Carosio a electrificar la línea de tranvía a Puerto Sajonia en toda su extensión.

El nombre de Sajonia como barrio aparece en varias ordenanzas. El 10 de setiembre de 1918, por Decreto 822, se autoriza al Departamento Ejecutivo a organizar “Comisiones Municipales Sub Urbanas en carácter ad honorem en los barrios de Puerto Sajonia e Ysaty y en las parroquias de Recoleta, Santísima Trinidad y Lambaré”.

Sajonia ha jugado un papel importante en la expansión de la ciudad. “Hacia el sud-oeste, se llega por la Avenida 15 de Agosto al sitio conocido con el nombre de Puerto Sajonia, donde se encuentra, aparte de la Usina eléctrica, el Arsenal de Guerra y la Escuela de Marina. Cerca de allí, sobre una alta colina que domina la ciudad, se extiende el antiguo cementerio del Mangrullo, ya clausurado y en tren de convertirse con el correr de los años en un gran parque”, dice J. Natalicio González en su libro “El Paraguay Contemporáneo” de 1929.

Agrega que “Sajonia está llamado a ser el puerto militar de la ciudad y sus alrededores resultan apropiados para la instalación de grandes fábricas”.

En el mismo predio donde funciona la Escuela de Suboficiales de la Armada estaba una de las tres fábricas de la antigua Cervecería Nacional, en las primeras décadas del siglo XX.

La presencia de fábricas y astillero hizo que a principios de siglo se formaran a su amparo otros barrios, como la legendaria Loma Cachinga (San Antonio) o Itapytãpunta.

Un acontecimiento importante para la vida del barrio fue la fundación el 26 de junio de 1921 del Club Deportivo de Puerto Sajonia por el holandés William Paats. En 1923 este club se fusionó con el Club de Natación Piravevé, cuyas instalaciones estaban ubicadas sobre el río Paraguay en la zona conocida como Playa Carrasco, menciona Luis Verón.

Sajonia como barrio no aparece en la Ordenanza 6117 del año 1967 cuando Asunción se dividió en 45 barrios.

Sin embargo, su nombre fue recuperado en la Ordenanza 10811 de 1979, que reorganiza los barrios, y Sajonia se limita a un triángulo entre las calles Ñuflo de Chávez, Juan León Mallorquín y el río Paraguay.

Los antiguos vecinos claman por recuperar su territorio histórico.

FOTOS: David Quiroga

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