En unos días más, el Paraguay celebrará el nacimiento del Niño Dios. La proximidad de la fiesta ya se puede apreciar en todas las ciudades, donde se adornan las casas con luces, guirnaldas y se resalta el pesebre. Más allás de estos detalles, para la cristiandad el advenimiento del Niño Dios tiene una gran connotación espiritual.
El presbítero Óscar González explicó que el nacimiento del Niño Dios significa que la persona no se encuentra sola en el mundo, que Dios viene con un mensaje al corazón y debo abrirme a él. “En la época de Jesús se esperaba a un rey; a un gran profeta como Elías; se esperaba a una criatura fuerte como Sansón, pero Dios envío a un niño y no hubo posada y nació pobre. Agregó que ese mensaje enseña que se debe mirar a los pobres, a los niños de la calle a los indígenas; rezar y ayudar.
Recordó que en el 1200, San Francisco de Asís fue el que plasmó en un pesebre el espíritu navideño y toda la gente acudió a ver su recreación. Agregó que aquella representación hizo que las familias dieran muchas vocaciones y llevó también a una gran transformación al interior de la Iglesia. Favoreció el arte y los pintores recrearon la Navidad.
Según el sacerdote, hoy urge también recrear la Navidad con los poetas, escritores y políticos. “En Navidad vamos a proclamar la luz de Dios, eso significa que la paz debe ser efectiva y real, como dice el Salmo, el derecho mira desde la tierra y la justicia desde el cielo, la paz y la justicia van encontrarse o sea Dios con el hombre”. explicó. Propuso trabajar sobre esta idea con los jóvenes.
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Para el sacerdote, la Navidad es una fiesta de la familia. “El cuarto mandamiento dice: Honra a tu padre y a tu madre”, que hoy no se entiende como una obediencia o repetición de la obras, sino quiere decir gratitud porque los padres se sacrificaron para que puedan crecer los hijos”, indicó.
Pidió a los padres a mirar con esperanza y apoyar a los hijos; los padres actualmente no tienen tiempo para rezar y educar y depositan en las instituciones educativas una gran responsabilidad, entonces debemos cuidar con responsabilidad a los niños y jóvenes para que ellos se comprometan y agradezcan a papá y mamá porque honrarlos significa dar gracias a Dios, lo que se haga por los padres cubre pecados, dice la Biblia. “Entonces si alguien no respeta a sus progenitores hay que rectificar caminos y encontrarse más, mejorar los encuentros”, concluyó.
