Salud no controla locales de tatuaje por falta de ubicación

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Los lugares donde se realizan tatuajes operan sin ningún control por parte de la cartera sanitaria. La Superintendencia de Salud informó ayer que son “lugares clandestinos” y no saben dónde están ubicados, por lo que esperan denuncias concretas para intervenir. Los tatuadores deben tener capacitación mínima para no trasmitir hepatitis o VIH.

El jueves, más de 300 personas fueron hasta la Plaza de la Democracia para intercambiar juguetes por un tatuaje, actividad organizada por el titular de la Junta Municipal, Hugo Ramírez (ANR). Pese a la gran cantidad de público que fue con un juguete para conseguir el trabajo de un tatuador, que trabaja en la piel de las personas con agujas, ningún personal del Ministerio de Salud fue a supervisar las condiciones de salubridad de esas intervenciones corporales.

De hecho, los locales de tatuajes actualmente no son controlados por la Superintendencia de Salud, informó ayer a ABC el titular de la dependencia, Dr. Domingo Mendoza. “Sí, deberíamos verificar estos locales, pero como son clandestinos, no sabemos dónde están. No podemos salir a buscarlos, por lo que esperamos que existan denuncias y así tener una dirección para poder intervenir”, explicó.

Agregó que por ser una actividad en la que personas se someten a una intervención con agujas, corresponde que la Superintendencia de Salud revise estos lugares. “Tenemos potestad incluso de intervenir peluquerías, lugares de masajes, pero debemos tener a mano las direcciones”, explicó.

Otras dependencias de la cartera sanitaria indicaron que son las municipalidades las que deben hacer las verificaciones de salubridad de estos sitios. Resaltaron además que el Programa Nacional de control VIH/Sida (Pronasida) suele realizar una vez al año capacitación a los tatuadores.

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Por su parte, el cirujano plástico Bruno Balmelli indicó que los tatuadores deben estar bien capacitados, pues trabajan con agujas sobre la piel y sin el cuidado correspondiente pueden trasmitir a sus clientes hepatitis y hasta VIH. “No suelo ver en consultorio pacientes que vienen porque se les infectó la zona tatuada, sí hay muchas personas que buscan eliminar algún tatuaje y eso ya es muy difícil”, explicó.

Pedimos un registro

El tatuador Eduardo Alfonso indicó que desde 2008, que vino de Brasil, inició la gestión ante la Comuna y el Ministerio de Salud para que exista un registro habilitante, tal como se da en otros países. “Hasta ahora no se ha conseguido porque acá no existe tal cosa y tampoco hay unidad entre los tatuadores”, lamentó.