La toma fue realizada por una veintena de estudiantes del colegio, que cuenta con 121 alumnos del séptimo grado al tercer año. Empezó en la noche del miércoles y culminó ayer.
Los manifestantes, que tenían el apoyo de un grupo de padres, pasaron dos noches en una de las aulas rezando y cantando.
La presidenta de la Asociación de Cooperación Escolar, Marta Delvalle, manifestó que toleraron “hasta los malos manejos administrativos de la directora”, pero que colmó el vaso su “actitud estática” ante el consumo de drogas y bebidas alcohólicas en la institución. Una alumna bien identificada, que llegó a consumir drogas en el lugar, manifestó que la encargada de despacho estaba al tanto de “los lugares rojos”, donde se fumaba. Finalmente las autoridades educativas, tras una larga conversación con Vera, lograron que la misma renunciara.
