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Todas las universidades paraguayas están fuera del ranking mundial 2017-2018 del “QS University Ranking” y coloca al país con la educación más mediocre. La Educación Superior está en su peor crisis porque pululan las instituciones de “garaje” que no fomentan la investigación científica.
Haciendo cálculos promedios solo con la Argentina, la Universidad de Buenos Aires (UBA), según su rector Alberto Barbieri, se maneja con un presupuesto de US$ 800 millones para 350.000 alumnos. Es decir, invierte al año US$ 2.285 en promedio por alumno que en nuestra moneda es equivalente a G. 12.800.000. Hace días, en el ranking por carreras divulgado por el QS, la institución porteña sobresalió en 31 disciplinas de las 43 carreras que postula, lo que la vuelve ahora como una de las más competitivas de la región. La UNA no logró colocar ni una sola carrera en el ranking.
La Universidad Nacional de Asunción (UNA) invierte en promedio por cada alumno US$ 4.800 por año, equivalentes a G. 26.880.000. A pesar de que el Gobierno paraguayo invierte más dinero para la educación universitaria de los estudiantes –G. 14 millones más que Argentina y conste que el costo de vida en Paraguay es inferior al que se registra en el país vecino–, la UNA no logra posicionarse en los ranking debido a la falta de trabajo de investigación.
Para figurar en los ranking se deben publicar revistas investigativas, además de otros requisitos como contar con un prestigioso plantel académico. La UNA, en 5 años, solo llegó a publicar 277 documentos científicos, en tanto que el promedio –en ese mismo periodo– de las mejores universidades es de 4.700 artículos científicos, afirmó Simona Bizzozero, relacionista pública del QS.
El ranking a nivel mundial del periodo 2018-2019 del QS se divulgará este junio, en tanto que el ranking de Latinoamérica se conocerá en octubre de este año.
La UNA tiene un plantel de 9.168 docentes. Pero la cantidad se reduciría a la mitad porque un mismo profesor enseña en varias facultades. Además, varios trabajadores figuran con rubro docente, pero realmente realizan tareas administrativas. El rubro de los “investigadores” –es el que representa los mayores pagos– muchas veces va destinado a jefes de departamentos, coordinadores y a auxiliares. Luego los resultados están a la vista.