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Así operan
Una universidad o instituto vende su nombre a un tercero, explicó el viceministro. La institución “madre” no se molesta en verificar a los profesores, las aulas y mucho menos la educación que se imparte, y se limita a firmar los documentos académicos al momento que se requiera. En la dependencia a su cargo ya han recibido varias denuncias al respecto, dijo. La mayoría son de personas que se inscribieron, pagaron, pero que luego de un tiempo recibieron la noticia de que la “sucursal” ya no funcionaba.
Por un lado, han instado a los afectados a denunciar el hecho ante el Ministerio Público y, por otro lado, han informado al Consejo Nacional de Educación Superior (Cones), que finalmente es la instancia que se encarga de verificar el funcionamiento de las casas de estudio.
Estar atentos
Por ello, Gómez Morales cree que es pertinente advertir a los jóvenes que desean iniciar una carrera universitaria, pero que no pueden pagar algo muy costoso y que tampoco pueden asistir a las instituciones oficiales por falta de tiempo o necesidad de trabajar.
A los “apasionados por el lucro” –como él mismo los calificó– no les interesa qué tipo de profesionales se forman. Es necesario verificar la cantidad de horas que se cumplen y si la carrera es de lunes a viernes, dijo a su vez la directora de Universidades, Salvadora Giménez. “La recomendación es tener clases por 2.700 horas, y no solo los sábados”, indicó.