Urge aumentar inversión para combatir desnutrición

De los 2.600.000 niños y adolescentes que habitan en el país, 1.100.000 viven en la pobreza, que es mayor en zonas rurales, urbanas marginales y pueblos indígenas. Para que estos puedan llegar a ser jóvenes productivos son necesarias inversiones focalizadas en ellos. Un caso práctico es el Programa Alimentario (PAMI), que urge un aumento en su presupuesto.

https://arc-anglerfish-arc2-prod-abccolor.s3.amazonaws.com/public/Y4Y4OLFXLNENFDXRBTEJFBURVA.jpg

Cargando...

“No puede haber una revelación más intensa del alma de una sociedad que la forma en que se trata a sus niños”, decía el activista y político sudafricano Nelson Mandela.

Estudios científicos confirman que el acceso a una buena salud, nutrición, estimulación y protección en los primeros años de vida sienta las bases para el desarrollo pleno de las personas en los demás ciclos de vida y permite a las generaciones futuras del país aumentar sus capacidades y potencial productivo.

Sin embargo, datos de Unicef dan cuenta de que en Paraguay de cada 1.000 niños que nacen, 19 mueren antes de alcanzar los 5 años, 16 antes de cumplir el primer año y 11 antes del primer mes de vida. Asimismo, 44,1% de los niños menores de 5 años sufre o está en riesgo de desnutrición.

En estos momentos en que se está estudiando el Presupuesto General de la Nación 2016 es oportuno que los tomadores de decisiones comprendan la importancia de invertir en proyectos sociales para el futuro de las generaciones venideras.

El Programa Alimentario Nutricional Integral (PANI), dependiente del Ministerio de Salud y gestionado por el Instituto Nacional de Alimentación y Nutrición (INAN), es la acción que debe fortalecerse a efectos de abordar con fuerza la problemática de la desnutrición infantil en el Paraguay.

El presupuesto actual del PANI es de G. 80.000 millones, que representa solo el 40 por ciento del presupuesto real requerido para universalizar el programa, según lo establecido en la Ley 4698/2012.

“Actualmente cubrimos 70.000 y este año debe ser 100.000 beneficiarios (niños menores de 5 años y embarazadas con bajo peso). Para ello se precisa aumentar el presupuesto en G. 200.000 millones, para complemento alimentario, mejorar la infraestructura de los servicios de salud y recursos humanos calificado”. Así precisó la Dra. Susana Sánchez Bernal de la Dirección de Nutrición y Programas Alimentarios.

Mayor inversión social

“El flagelo del hambre afecta potencialmente a 1 de cada 3 niños del Paraguay. Que es una merma del 30 por ciento de la futura fuerza productiva nacional. Las consecuencias a mediano y largo plazo de esta situación afectará las posibilidades de desarrollo del país. Por eso es muy importante focalizar esfuerzos en la erradicación de la desnutrición infantil de nuestro país que tiene todas las condiciones para hacerlo”, sostiene el economista Robert Cano, de Juntos por la Educación (asociación de empresarios y sociedad civil abocada a apoyar el fortalecimiento de la política educativa).

Según Cano, un 11 por ciento de los niños menores de 5 años son desnutridos crónicos en el Paraguay. Es decir, un 11 % de los futuros estudiantes que ingresarán al sistema educativo lo hará con limitaciones fisiológicas irreversibles para el aprendizaje. Y por ende, tendrán muy pocas posibilidades de comprensión en la educación que se les dé. Igualmente un 20 por ciento adicional de niños menores de 5 años está en riesgo de sufrir desnutrición crónica.

Agrega: “El Gobierno debe ser consciente de que las inversiones en niños y jóvenes son las más rentables desde el punto de vista social. Garantiza la posibilidad de que ellos puedan contribuir en su vida adulta con todo su potencial productivo; caso contrario, podrían representar una población que replique para ellos y su descendencia las condiciones de pobreza en la cual nacieron. Es lo que está ocurriendo actualmente”.

Las consecuencias de la desnutrición infantil crónica afecta de por vida al individuo, ya que limita sus capacidades intelectuales y condiciona su estado de salud. Lo que a consecuencia se traduce en una baja productividad a lo largo de su vida activa.

“El día que acabe la ignorancia y el hambre en este país las decisiones de los electores serán motivadas por un interés genuino de un Paraguay mejor y no manipulada por acciones que se aprovechen de la ignorancia y el hambre para captar votantes que empeñen sus conciencias en perjuicio del futuro de sus hijos”, reflexionó el analista.

Bono Demográfico

El economista Cano resaltó que el Paraguay está pasando por una situación única en su historia. Nunca en el pasado y jamás en el futuro se volverá a tener una situación en la cual se pueda aprovechar la estructura por edades de la población para impulsar el desarrollo.

Indicó que por los próximos 35 años la población en edad productiva del país tendrá una tendencia creciente. Consecuentemente, una población dependiente cada vez menor.

Esta situación que se da una sola vez en la historia de los países permitirá impulsar el desarrollo siempre y cuando se brinde a los niños y los jóvenes, futuros trabajadores del país, las condiciones necesarias para el desarrollo de sus potencialidades.

En el apogeo del bono demográfico paraguayo, (año 2050), 7 de cada 10 compatriotas estarán en edad potencialmente productiva. Pasado este periodo, por ejemplo, la proporción de personas en edad productiva irá disminuyendo.

A partir del año 2060 se estima que habrá más población adulto mayor que población infanto-juvenil.

eolmedo@abc.com.py

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...