Nunca se hicieron trabajos de mantenimiento de los edificios. La última vez que se pintó fue hace una década, comentó a nuestro diario uno de los permisionarios.
Las mejoras no se hicieron a pesar de que la Municipalidad de la Capital percibe por los alquileres y pagos de espacios por metro cuadrado alrededor de G. 11.000 millones al año.
Al mercado ingresa dinero. “Inclusive se nos aplican multas a los locatarios que incumplimos algunos reglamentos. Acá lo que hay es una gran inoperancia de los administradores de turno para mejorar el mercado”, se quejó otro permisionario.
A fines del año pasado se les aumentó alrededor del 15 por ciento el canon que pagan los locatarios y permisionarios. No hubo mayores problemas porque el incremento no fue tan alto como pasó con los del Mercado 4 y el resto de los mercados municipales.
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Es preciso recordar que hace poco, en una entrevista con nuestro diario, el director del Abasto, Víctor Otilio Sánchez, informó que su administración tiene planeado elaborar un proyecto de modernización del mercado. Para el efecto tendrá la colaboración de los estudiantes de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional.