A pesar de que actualmente los casos se mantienen contenidos, hay que recordar que los controles deben ser permanentes para que no se disparen y tengamos brotes de estas enfermedades. Para ello, es preciso trabajar en equipo, resaltó la funcionaria
Explicó que trabajar coordinadamente implica responsabilidades individuales y grupales. “Revisar la casa en su interior y también el patio, así como las canaletas, y la eliminación de recipientes que puedan convertirse en criaderos, engloban las tareas individuales; en tanto que el control vectorial en el barrio, con rastrillaje coordinado entre las organizaciones vecinales, las municipalidades y los centros de salud, corresponden a las responsabilidades grupales”, dijo.
Recordó que dentro de la casa pueden existir floreros, portamacetas, jarrones, botellas retornables, desagüe de refrigeradores, inodoros que no se utilizan, incluso acondicionadores de aire que acumulan agua. “Estos pueden ser potenciales criaderos si es que no son tratados correctamente. Por ello es recomendable usar arena en vez de agua en los floreros, revisar constantemente las macetas, jarrones y desagüe de refrigeradores; tapar los inodoros cuya cisterna no se desagua constantemente”, indicó.
Dijo además que las cubiertas a la intemperie (en gomerías), baterías viejas, carrocerías y piezas de automotores, baterías, latas, botellas o frascos de diverso tipo, juguetes viejos a la intemperie, baldes, tarros, materiales de construcción, cáscaras de huevo, coco u otras, botas de goma en desuso, son otros ejemplos de fuente de cría del vector. “Para la identificación y eliminación de estos s criaderos, se necesita invertir solo 10 minutos diarios en la revisión de la vivienda”, reiteró.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
