Los trabajadores marcharon ayer sobre la Ruta Transchaco, desde el límite entre Asunción y Mariano Roque Alonso. A su paso ocupaban el carril exclusivo para buses. Fue para exigir a los empresarios y al Gobierno que los dejen subir a los buses diferenciados, cuyo pasaje cuesta G. 3.300. Estos tienen la obligación de circular con las puertas cerradas, para mantener el aire acondicionado.
Emiliano Marecos, miembro de la coordinadora, dijo que antes de que la flota de buses empezara a ser renovada tenían un ingreso promedio diario de entre G. 80 y 60.000, pero que actualmente solo consiguen entre G. 40 y 30.000.
Solicitan que el Gobierno los incluya en un plan de formalización y que los dejen hacer su trabajo ya que con él dan de comer a sus familias.
El titular del Centro de Empresarios del Transporte de Pasajeros del Área Metropolitana (Cetrapam), César Ruiz Díaz, respondió que si quieren vender sus productos en los buses deben abonar sus respectivos pasajes.
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“Los buses que pertenecen a empresas del transporte público no son salones comerciales para la comercialización de productos y servicios. Nadie les puede forzar y exigir que viajen gratis”, dijo el empresario.
Sobre un posible plan para solucionar esta problemática social, sugirió que se podría registrarlos para formalizar y que si se sigue permitiendo esa práctica, se podrá continuar con otras actividades ilegales.
El viceministro de Transporte, Agustín Encina, dijo que los que más agradecen la prohibición de la venta ambulante son los usuarios. “Vamos a apoyar cualquier iniciativa que tenga que ver con la seguridad y la comodidad”, explicó el titular de la cartera de Transporte.
