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En setiembre de 2016, hace exactamente un año y seis meses, había anunciado la institución pública junto a directivos del Centro de Empresarios de Transporte del Área Metropolitana (Cetrapam) un plan piloto de 45 días, para luego completar el servicio en el 100% de los buses.
Hoy día continúa el proyecto en su fase de homologación de equipos, que permitirá al pasajero pagar el billete mediante las tarjetas electrónicas y la recarga de las mismas.
El sistema evitará los robos porque revelará la cantidad exacta de pasajeros y la recaudación por viaje. Por esta transparencia se presume la demora en su implementación.
Las empresas de transporte están cobrando un subsidio mensual para cubrir el costo del pasaje. Hoy día está a G. 2.200, pero debería ser G. 2.300, dicen. El Estado subsidia G. 100 a cada pasajero.
El billete electrónico es un sistema de cobro automático para el transporte público de pasajeros. Los usuarios contarán con tarjetas magnéticas, cuyo saldo en pasaje será reconocido por las máquinas lectoras que serán instaladas en todos los buses metropolitanos.
El sistema tiene sus ventajas y desventajas, como todo servicio. Lo principal es la transparencia, la recaudación empresarial, evitará robos. Contabilizará la cantidad de pasajeros y la ubicación de los buses mediante dispositivos satelitales GPS que permitirá mejorar la frecuencia horaria y la cantidad de buses que demanda un itinerario.