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Ahora el muchacho se jacta de ñandeko hacer obras en su municipio y los cuenta a través del Facebook. Es para filmar una película, para no decir otra cosa.
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Lo llamativo de toda esta historia es que ninguna autoridad policial, electoral, judicial, fiscal se percató del acto de juramento, donde según la foto se observa a varias “personalidades” de la ciudad.
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Capitán Bado no es New York City. Cuando ingresa un vehículo de otro municipio sus habitantes ya se enteran y comienza a correr la voz. Así es que estamos hablando de una complicidad de grande$ proporciones.
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¿Será cierto que el chaleco para tener derecho a ser ganchero en Cateura cuesta entre 3 y 5 millones de guaraníes? ¿Quién cobra? Tal vez en las redes sociales alguien pueda informar al respecto.
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Hay 100.000 damnificados solo en Asunción; demostremos la solidaridad del pueblo paraguayo con los compatriotas que necesitan ayuda.
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IPS les está robando miserablemente a sus asegurados. La Ley 98 del año 1992 prescribe que el pago por reposos debe efectuarse ya al día siguiente al de la orden de reposo. El ente previsional lo abona recién a partir del tercer día.
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Como siempre, ni los sindicatos ni las patronales abren la boca.
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El empleado aportante no cobra tres días.
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El servicio de odontología pediátrica del IPS (en Manuel Domínguez y EE.UU.) se caracteriza por la pobre atención. Para empezar los aparatos no funcionan bien y como ducha de baño esparcen agua. Conste que hay ñandeko cuatro coordinadores que se encargan de supervisar todo, según se quejan los asegurados.
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Menos mal que son poquísimos los afiliados del Partido de la Juventud, que lidera el concejal de Asunción Tony Apuril. Se produjo una crisis ayer y Tony tuvo que renunciar a dicha nucleación política. Ahora quedaron dos. Una tragedia de aquellas.
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Achecé se fue a darles fuerza a los miembros de las FTC. Seguramente más de un uniformado le quiso pedir al Jefe de Estado que solucione el tema del cobro extra. Parece que ni para el pan dulce hay dinero.
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Marito y Hugo Velázquez, ambos colorados y titulares del Senado y Diputados, respectivamente, tenían en sus escritorios el pago de bonificación extra para los funcionarios del Congreso. Vamos a ver si se animaron a rechazar la solicitud de orden de pago. Algunos dicen que sí desembolsaron porque llamativamente están calladiitos los sindicatos.
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Ojalá que hoy los padres o tutores sean conscientes, no compren bombas de estruendo para los menores de edad y decidan donar el importe a los damnificados.
