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Con este asunto de la pérdida de agua de las cañerías de Corposana-Essap, Asunción está en un jaque mate.

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Resulta que desde comienzos de Corposana en la época de la dictadura stronista, continuando en la era “democrática”, bandidos tras bandidos, ladrones tras ladrones, hicieron de la aguatera estatal una formidable mina de enriquecimiento ilícito en complicidad con empresarios de la misma calaña moral.

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Como consecuencia de esta asociación para delinquir, las redes de cañerías fueron instaladas por incompetentes y generalmente con materiales de menor calidad que la exigida por las normas técnicas de los contratos, lo que aumentaba la ganancia de los mafiosos.

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Hete aquí que hoy Asunción y los asuncenos están pagando las consecuencias de la ineptitud y el latrocinio a los que fue sometida la aguatera.

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Así, surgen “roturas de caño” a lo largo y ancho de la capital. Tantas que llegan al extremo de que la aguatera no da abasto para tapar las miles de pérdidas que todos los días afloran en los asfaltados de Asunción, produciendo de inmediato un pozo que el tránsito automotor se encarga de agrandar cada vez más conforme transcurren los días.

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Pero esto, que de por sí ya es malo, no es lo peor. Lo grave viene después cuando las pérdidas de agua corren por los asfaltados, generando gran cantidad de pozos alrededor y a lo largo del desparramo de agua. Esto, a su vez, produce otro montón de cráteres de todos los tamaños y profundidades, llegando inclusive casi a impedir el tránsito en ciertos lugares.

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Y este es el jaque mate. Essap, cada vez que puede, viene y tapa el agujero donde el caño pierde, pero el derrame produjo cinco o diez agujeros más… que la Municipalidad de Asunción debe parchar.

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El intendente Mario Ferreiro debe exigir a Essap que se haga responsable y pague los daños que su incompetencia y deshonestidad producen en la ciudad de Asunción.

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En el Ministerio de Agricultura vamos de mal en peor; ahora el nuevo ministro Carlos Baruja nombró director administrativo a Carlos Yegros, quien durante la administración de Jorge Gattini se desempeñaba como auditor en la misma institución.

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La pregunta que surge es cómo puede ser nombrado administrador un auditor que nunca vio la montaña de irregularidades que ahora se está ventilando. Las malas lenguas dice que el tal Yegros es caballo de Arnaldo Franco, secretario privado de Achecé. ¿Será?

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En las redes sociales empezó a circular una fotografía del cura expresidente acompañado de dos bellas señoritas. Los internautas, siempre rápidos para estas cosas, le encontraron un sobrenombre, el obispón verde.

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