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Resulta que estos “trabajadores callejeros” establecen la tarifa, definen el destino de los fondos y el contribuyente tiene que agachar la cabeza y aceptar.
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Menos mal que por ahora... por lo menos, el intendente Ferreiro no está de acuerdo con esta propuesta. Pero seguro que le caerán encima los zurdos porque defender a este sector es sumar votos.
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Numerosas veces en esta columna hemos señalado algunos puntos de los semáforos que puso Arnaldo Samaniego en forma irregular, pero nadie nos dio pelota porque para un funcionario público de la categoría del exintendente, lo peor y más inaceptable que podía sucederle es reconocer la existencia de algunas partes de su gestión mal hechas y deben ser corregidas. Es el tipo de funcionarios infalibles, como el Papa.
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Ahora, rogamos por favor al intendente Mario Ferreiro que envíe a sus técnicos a arreglar como se debe el semáforo que está frente al Colegio Americano, sobre la avenida España. Pedimos lo revise urgentemente porque la forma irracional en que funciona ya llegó al colmo.
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Si sos un político buche y no tenés nada que decir y proponer para salir en los diarios, la mejor forma es lanzar críticas contra HC. Amables lectores de esta columna, vean en los diarios quiénes utilizan esta “técnica” y traten de recordar si el crítico hizo algo por el país en su vida.
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Se mantiene la maldita costumbre de exhibirle al Presidente de la República cualquier logro como en la época del “único líder”. Últimamente los transportistas exponen sus buses en La Costanera obstaculizando el tráfico vehicular.
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La patoteada que hicieron una treintena de funcionarios del Senado no tiene nombre. La turba fue encabezada por una tal Nadia, quien tiene como currículum ser pareja del senador liberal Ramón Gómez Verlangieri.
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Sería interesante saber si esta señorita Nadia Espinoza ingresó por concurso o fue gracias a su relación de pareja con el legislador. Si compitió con otros postulantes y ganó, no nos imaginamos cómo habrán sido los candidatos perdedores.
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Ojalá a la fiscala Morys no le tiemble la mano para imputar a todos los funcionarios identificados por impedir por cinco horas el ingreso a la oficina de la nueva directora de RR.HH. de la Cámara Alta.
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Ser “secretaria VIP” parece ser la “nueva profesión” de la función pública. A juzgar por los casos que saltaron a luz, estas señoritas coinciden con los mismos rasgos: rubia de peluquería, delgadas, jóvenes, bien vestidas y sin ningún escrúpulo. Es decir, lo de “secretaria VIP” es simplemente un eufemismo.