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En Paraguay ocurre lo mismo, tal cual se demostró con la última manifestación de protesta de la oposición. Según el discurso oficialista, buscaban desestabilizar al gobierno, desataron la violencia y el despojo, incendiaron el Congreso, asesinaron a un joven dentro del local del partido al que pertenecía. Una verdadera novela de terror.
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Pero persisten interrogantes que requieren aclaraciones: ¿quién contrató a la barra de chacariteños, uno de cuyos elementos salió del edificio con una TV? ¿Quién ordenó que se dispararan las escopetas con balines de goma al nivel del cuerpo, y hasta a quemarropa y en la cara? ¿Quién dio la orden a la Policía para asaltar la sede del PLRA? ¿Quién fue el policía que con un tiro por la espalda asesinó a un joven liberal? ¿Quién ordenó a efectivos policiales dejar vía libre a quienes incendiaron el Congreso? ¿Quién es el tipo que grita ¡Entren! ¡Entren! a los incendiarios, luego de que se hayan roto los vidrios?
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Ordenando las piezas del rompecabezas, la figura que resulta se parece mucho a un plan de los cartistas para echarles la culpa de violentos a los opositores.
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Como los fiscales que investigan nunca encuentran nada que pueda comprometer al Gobierno, solo quedan en el banquillo los opositores, los más conocidos, los que pueden representar algún peligro en las próximas elecciones. Veremos a quiénes mantienen imputados o con inhibición de actuar en política por cinco años. O en la cárcel. *****
Ayer 44 diputados (colorados cartistas, liberales llanistas y del Frente Guasu) completaron el atropello a la Constitución Nacional. En síntesis, la enmienda sigue viva en el Congreso y la ciudadanía debe estar atenta porque en cualquier momento se sancionará y habrá referéndum y luego el SÍ.
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Parece que la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF), bajo la conducción de Robert Harrison, es más papista que el Papa. Le multa al club Olimpia por un cartel que portaron sus jugadores con la inscripción: “QEPD Rodrigo Quintana. Paz en Paraguay ya”. Cabe preguntar qué les habrá molestado al citado y otros dirigentes de la APF de este cartel que lamentaba la muerte de un compatriota y pedía paz para nuestro país.
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Es que el fútbol paraguayo continúa manejado por viejos manguruyuses vinculados con gobiernos anteriores y que se insertaron nuevamente en el “nuevo rumbo”.