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Varios impresentables, imputados y acusados, y otros que ameritan ser investigados por la justicia se candidatan para cargos electivos.
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El voto cruzado es una opción válida para romper con las élites de políticos que se perpetúan en cargos de poder al solo efecto de beneficiarse personalmente.
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La mayoría de los candidatos prometen hasta la vida eterna con tal de que el ciudadano le vote. Una vez proclamados ganadores, gobiernan y/o legislan de espaldas a la gente. Historia repetida.
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Bien lo afirma la consagrada concertista de guitarra Berta Rojas: “Nuestro voto es nuestra voz”.
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En la Junta de Gobierno están preparados para festejar el resultado de las elecciones: hay equipos de audio, luces, barras de seguridad, alfombra, sillas, etc.
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Felizmente hasta el momento el clima electoral está bastante calmado y ojalá hoy sea una fiesta de la democracia, pese a que la calidad de varias candidaturas deje mucho que desear.
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Aparte del cargo presidencial, “la madre de las batallas” estará en el departamento Central. Muy de cerca le siguen Caazapá, Caaguazú y ni qué decir Alto Paraná.
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Con seguridad, la intendenta de Ciudad del Este Sandra McLeod y los Zacarías Irún querrán subirse al carro de los vencedores, según se presenten los números. O se esconderán, si los guarismos son adversos.
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En realidad perdieron “como la guerra” en las internas del 17 de diciembre. El electorado colorado les castigó en las urnas. Pero no solo a los Zacarías Irún sino también a sus seguidores como Aida Molinas, la que se cree “Ramón Aquino” del Este.
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¿Quién se llevó los US$ 150 millones del Ministerio de Salud que tenían que ser destinados para compra de medicamentos?
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El exministro y candidato a senador N° 15 de la ANR, Tony Barrios, supercuate de Achecé, debe explicarle a la ciudadanía el destino de ese dinero. Si no quiere hacerlo, la Fiscalía puede representarle a la sociedad para exigirle explicaciones.
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La ministra de Hacienda, Lea Giménez, se puso dura y declaró a varios medios de comunicación que el Ministerio de Salud no presentó documentos que respalden la deuda de US$ 150 millones por medicamentos.
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Sería muy triste que la plata se haya usado para financiar campañas políticas mientras la gente suplica por algunas pastillas o jarabe.