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Por ese motivo, los indignos González Daher y José María Ibáñez están tranquilos chapoteando en el barro de la desvergüenza.
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Lo que no parecen advertir es que con esta conducta, se salpican todos ellos con el barro, y a los ojos de la opinión pública. Son tan puercos como sus protegidos.
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Después que no se sorprendan cuando la ciudadanía, con justa indignación, reconoce sus caras en algún lugar público y les reprocha ruidosamente sus inconductas.
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Los partidos políticos tradicionales siempre están listos para sancionar y hasta expulsar a quienes no siguen alguna orden de apoyar algún proyecto.
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Curiosamente, se hacen los burros cuando se trata de castigar a algún legislador o legisladora que fue pescada en una conducta indigna, dejando mal parada la imagen de la institución partidaria de la que proceden.
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Esta realidad explica por sí misma el motivo por el cual los políticos tienen tan mala imagen ante la ciudadanía en todas las encuestas.
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Para algunos parlamentarios, la solución de los problemas del país pasa por crear ministerios. Ahora, se le ocurrió a un grupo de diputados la “brillante” idea de crear un ministerio de comunicación.
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¿Para qué? Aparentemente, es para que Peralta Vierci no solamente tenga el rango sino que sea ministro hecho y derecho.
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¿Qué gana la ciudadanía con eso? Acertaron: nada.
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En la Cámara Baja, apodada alguna vez como “cámara de la vergüenza”, todo sigue igual que siempre. El nuevo presidente se dedica a repartir cargos a sus amiwis.
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Total, el presupuesto aguanta todo y resulta muy placentero para estos personajes, como Miguel Cuevas, hacer vito con el dinero público.
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Hablando de hacer vito con el presupuesto, lo del Parlasur no tiene nombre.
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No sirve para otra cosa que para darles cargo y sueldos a quienes no tuvieron lugar en las listas del Congreso.
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Lo malo es que tiene un montón de funcionarios permanentes y contratados para un organismo que se reúne cada tanto. Un despropósito.
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En la Corte Suprema no le van en zaga al malgasto del dinero de los contribuyentes.
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Que lo diga Benítez Riera que les da sueldazos y bonificaciones a nueras y yernos. ¡Qué lindo!