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La primera noticia que se tuvo de Jarvis y sus vínculos con el narcotráfico se dio en 1994. La Policía Federal brasileña lo detuvo en la localidad de Itajaí, estado de Santa Catarina, con un cargamento de 25 kilogramos de cocaína. Casi dos décadas después de que su nombre comenzara a ser vinculado con el tráfico de estupefacientes, Pavão era condenado por el juez Odilon Reis a 17 años y 8 meses de prisión por cargos de narcotráfico en Brasil.
Según el juez Reis, el narcotraficante brasiguayo diversificó su operación tras mudarse a Paraguay, donde fue detenido en diciembre de 2009 durante un procedimiento conjunto entre agencias antidrogas de Estados Unidos, Brasil y nuestro país.
Jarvis Chimenes Pavão, conocido como “El barón de la droga” en Brasil, nació en la ciudad de Ponta Porã, localidad del estado brasileño de Mato Grosso del Sur y fronteriza con Pedro Juan Caballero, capital del departamento de Amambay. Fue desde la frontera seca entre ambos países que este hombre de casi 50 años construyó su imperio de tráfico.
De acuerdo a la justicia brasileña, Jarvis comanda el tráfico de marihuana, cocaína y pasta base desde la década de los 90 y tuvo como centro de operaciones a Pedro Juan Caballero y otros distritos del departamento de Amambay. Pavão compraba marihuana a intermediarios distribuidos por Amambay y cocaína a distribuidores bolivianos en Santa Cruz de la Sierra. Su organización es tan poderosa que cuenta con aviones propios y hace entregas en la región Sur del Brasil, en el interior de São Paulo, y a pequeñas organizaciones en el interior del estado de Minas Gerais.
Como todo aquel que decidiera incurrir en el submundo del hampa fronterizo en la zona de Amambay, Pavão obtuvo en su momento la bendición del “padrino” que hacía y deshacía en esa zona del país: Fahd Jamil Georges.
El nombre de Pavão fue vinculado en diferentes oportunidades con el poder político. No había distinción de colores o partidos, lo importante siempre fue tener un aliado a quien recurrir en momentos de necesidad.
Miembros de su entorno más cercano mantenían contacto constante con algunos de los diputados que impulsaron hace un par de un años un proyecto de ley que podría evitar su extradición a Brasil, a pesar de que Pavão asegura que sus cuentas en el vecino país ya están prácticamente saldadas.
Actualmente Jarvis cuenta con un proceso abierto ante la justicia paraguaya por un caso de supuesto desfalco, una causa mayor cuya expectativa de pena sería como máximo de unos cinco años. Esto no sería sino una jugada para evitar que al cumplir la condena por la que se encuentra recluido y que se compurga en poco más de un año sea extraditado al Brasil.
Pavão cuenta actualmente con una condena de casi 18 años en el vecino país. Sus abogados aseguran que regresaría en poco tiempo si su extradición se diera, pues ya fue eximido de culpa en otras dos causas que habían sido abiertas en su contra: una por lavado de dinero y otra por homicidio.
Sin embargo, de acuerdo a la página web del Supremo Tribunal Federal de Brasil, existen al menos otras tres causas judiciales abiertas contra Pavão en el vecino país, donde es considerado uno de los narcotraficantes más grandes.
“No creo que los procesos que él tiene en Brasil estén llegando al final. Nunca en la historia se ha dado que solicitaron la extradición de alguien para soltarlo rápidamente”, afirmó a su vez Frazao a la 730 AM.
Ruta libre
Frazao relató además que las autoridades brasileñas no creen mucho en la versión de la supuesta amistad entre Pavão y Jorge Rafaat Toumani, capo mafioso asesinado en junio pasado en Pedro Juan Caballero.
“Rafaat se convirtió en un obstáculo para los negocios del PCC y el comando Vermelho. Con su muerte, las autoridades consideran que el esquema del que forma parte Jarvis cuenta con rutas libres”, sentenció.