Una de ellas es asesora fantasma
María José Torres Ferreira, la hija mayor del ministro y vicepresidente de la Corte Suprema de Justicia, Raúl Torres Kirmser, figura como asesora en la planilla de sueldos y teóricamente está comisionada a la Dirección del Registro de Automotores, pero en realidad es una asalariada fantasma que no asiste a su lugar de trabajo asignado, pero cobra G. 9 millones al mes.
El jefe de personal del Registro, Mauro Muñoz, confirmó la inasistencia de la hija del ministro Torres en el mencionado lugar. Argumentó que como ella es arquitecta “es fiscalizadora de nuestra construcción que tenemos acá en la esquina. Ella tiene una flexibilidad de marcación, por eso no está por acá, está con los arquitectos, más fuera que dentro”.
Consultado si la hija del ministro marca asistencia todos los días como los demás funcionarios del Poder Judicial, Muñoz alegó: “Y por la flexibilidad, muchas veces no. Algunas veces no le da el tiempo por las reuniones que tiene, entonces algunas veces marca y algunas veces no”. Sin embargo, la directora de Recursos Humanos de la Corte, María Rosa Sarán, sostuvo que los “asesores” deben registrar presencia una vez al día.
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No hay oficina alguna, ni una silla que la hija del ministro esté ocupando en la dirección citada con anterioridad. Tampoco hay dictámenes, informes o algún documento con rastros laborales de ella.
Según Muñoz, “los informes presenta a la empresa que fue adjudicada para la obra”. En la construcción señalada por el jefe de personal, nadie conoce a la arquitecta María José Torres.
Lariza Garay, de la firma Itasa, que se adjudicó el contrato de la obra, confirmó que en el referido lugar no hay ninguna fiscalizadora de nombre María José Torres que entregue informes a la firma, tal como alegó el jefe de personal. En realidad, la construcción está siendo fiscalizada por la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional, según indicó el ingeniero Tomás Duarte, parte del equipo fiscalizador.
La hija del ministro se dedica a sus gestiones particulares en horario laboral y no fiscaliza obras. Este diario siguió por varios días a la funcionaria y descubrió que su rutina es salir un poco después del mediodía de su departamento, se va de compras, al banco, lleva paquetes al colegio, etc. Fue abordada por ABC durante uno de sus trámites en la calle y respondió que no hablará sobre las graves denuncias.