La fiscalía asegura que se probó la “alevosía”

Para el Ministerio Público quedó probado que Rubén Villalba, sentenciado a 30 años de cárcel más 5 años de medidas de seguridad, y Luis Olmedo Paredes, condenado a 20 años, actuaron con “alevosía” al disparar al Subcrio. Erven Lovera, primer abatido durante la masacre de Curuguaty. También se comprobaron la “emboscada” y la inexistencia de francotiradores. Esto fue tenido en cuenta por el tribunal para aplicar las altas condenas.

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El tribunal integrado por los jueces Ramón Trinidad Zelaya, Benito González y Samuel Silvero, por unanimidad, dio por probada la acusación sustentada por los fiscales Liliana Alcaraz, Nelson Ruiz y Leonardi Guerrero y aplicó las altas condenas (ver infografía).

Los argumentos del fallo se darán a conocer el próximo lunes, a las 11:00, pero el juez Zelaya ya adelantó en conferencia de prensa que se tuvo en consideración la tesis del Ministerio Público.

En los alegatos finales, la fiscala Alcaraz había explicado desde las tomas pacíficas de las tierras de Campos Morombí (ocurrido el 13 de abril de 2012), los intentos de desalojos hasta el día de la matanza, el 15 de junio de 2012.

En ese sentido, indicó que la incursión de los efectivos policiales, para cumplir con una orden de desalojo, fue realizada con dos grupos. Uno denominado “grupo Sur”, liderado por el comisario Elizardo Gamarra y otro, “grupo Norte”, al frente del subcomisario Erven Lovera (uno de los seis policías abatidos en el lugar).

La agente dijo que quedó demostrado que los intervinientes tenían la firme intención de realizar un procedimiento de manera pacífica, ya que Lovera se desplazó al frente con un grupo que solo tenía balines de gomas y gases lacrimógenos.

A su vez, rechazó la tesis de la defensa respecto a que los disparos fueron iniciados por los uniformados. De ser así ¿cómo se explica que la primera persona herida mortalmente fue el subcomisario Erven Lovera?, preguntó.

Siguiendo con la incursión que acabó con la masacre, explicó que de acuerdo a las declaraciones de los policías intervinientes que estuvieron en la primera línea, una vez que Lovera estuvo frente a las cinco personas (Villalba, Olmedo y otros campesinos abatidos, entre ellos Avelino Espínola) les dijo: “ñandéko hermano, ndovaléi jaikovai” (somos hermanos, no podemos pelearnos). Luego de decir esto, el uniformado se esquivó de un machetazo y retrocedió unos pasos, para defenderse con los brazos. Tras esto, otro de los ocupantes se lanzó encima de él con intenciones de sacarle el arma reglamentaria que portaba en su pecho, pero el subcomisario nuevamente logró esquivarse.

“Tras zafarse de este segundo ataque, Rubén Villalba, quien se encontraba frente a la comitiva hacia el costado derecho, efectuó disparos con una escopeta contra Erven Lovera; inmediatamente se producen varios disparos de las otras personas del grupo del centro, entre los cuales estaba Luis Olmedo, quien también disparó hacia la humanidad de Lovera con la escopeta que portaba, produciéndole heridas igualmente”, dijo la fiscala.

Las pericias forenses y balísticas confirman la hipótesis porque Lovera acusó 10 heridas, 3 orificios de entrada correspondientes a disparos de armas de fuego de munición múltiple (escopeta). Además, indicó que “hubo alevosía, puesto que el disparo se dio cuando Lovera intentaba defenderse de un intento de sustracción de su arma. Se afirma un dolo directo de primer grado”.

Posición en “U”

En otro punto, la representante fiscal manifestó que los campesinos tuvieron siempre la intención de emboscar a la comitiva policial y propiciar la masacre. Esto es así porque adoptaron una posición en “U” en el lugar, para resguardarse y dejar a los policías emboscados, según declararon los uniformados sobrevivientes.

Asimismo, explicó que el “campo” fue armado con trampas de clavos “miguelito” para que los efectivos abandonen sus camionetas y entren a pie, cortando alambradas improvisadas.

A esto se suma la utilización de mujeres y niños para generar un ambiente de confianza entre los agentes policiales. Es por este motivo que fueron condenadas a 6 años de cárcel Lucía Agüero, Fany Olmedo y Dolores López, como cómplices de tentativa de homicidio.

Sin francotiradores

En sus alegatos, la Fiscalía descartó otra hipótesis de las defensas sobre la presencia de francotiradores y la supuesta conspiración para acabar con el gobierno de Fernando Lugo. “Está desprovista de elemento alguno, tan siquiera indicio que lo sostenga”, dijo Alcaraz.

Explicó la declaración del Lic. César Silguero, perito experto en balística, quien indicó: “Los francotiradores no usan escopeta sino que usan armas de precisión de un tiro, y que generalmente impactan al objetivo en una zona vital; en cambio, la escopeta tiene mucha energía de salida y no tiene mucha precisión en larga distancia, es para corta o media distancia, por tanto, se puede afirmar que los policías no fueron heridos por francotiradores y esta es una idea que se desecha en forma absoluta, cuando balística describió proyectiles esféricos (tiros de escopetas)”.

También, el Ministerio Público descartó que los policías hayan efectuado disparos desde un helicóptero Robinson 44, ya que pilotos y conocedores de esta maquinaria, dijeron que es solo de “observación”.

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