Policía duplicó en un solo mes millonario gasto en combustible

“Ustedes borran registros del sistema, yo pago”

La rosca mafiosa involucrada en el robo de combustibles planificó bien el golpe: en marzo, todas las compras hechas a Petropar fueron con tarjetas con control de gastos y con datos de qué patrulleras cargaban. Para abril pidieron 186 tarjetas que no tenían límites de carga ni obligación de consignar datos. El Crio. Juan Mendoza, exgirador, apareció por Petropar y habría ofertado: “Ustedes borran del sistema, yo pago, y nada pasó”.

Lunes 4 de mayo, de mañana. Una funcionaria de Gerencia Comercial de Petropar detecta que se cargó en un minuto G. 3.000.000 en combustible a una patrullera, en una estación de servicio ubicada sobre Sacramento. Se le avisa al titular de Petropar, Ing. Rómulo Campos, quien envía al gerente comercial Pedro Román a revisar qué estaba pasando. Atónito, Román y los propietarios de la estación ven en el circuito cerrado que una patrullera había ido a retirar plata en connivencia con un playero. El playero queda despedido y esa misma mañana los propietarios de la estación de servicio presentan una denuncia penal en la Fiscalía.

Lo que Román no sabía, en ese momento, es que aquello era una de las tantas operaciones que se estuvieron haciendo durante todo el mes de abril usando unas 186 tarjetas (similares a los plásticos que emiten los bancos). Estas tarjetas, a diferencia de otras 3.000, estaban “liberadas”: Para cargar combustible en ellas no necesitaban poner datos de los vehículos que cargaban carburantes ni siquiera tenían límite de uso de combustible. ¿El argumento que usó la cúpula policial? Que eran tarjetas para Inteligencia y Antisecuestro.

Se presume que estas tarjetas ayudaron a amplificar aún más el robo de combustibles que ya se hacía: en marzo, la Policía Nacional gastó G. 2.129 millones y en abril saltó al doble y más aún, a G. 4.500 millones. De este total, solo en 186 tarjetas “liberadas” se compraron el equivalente a 1.159 millones de guaraníes.

Según los registros, la Comandancia pidió primero liberar 16 tarjetas; después pidió liberar 100 tarjetas, más tarde 20 y, por último, un conjunto de 50 tarjetas más. El terreno fue fríamente calculado y preparado.

“Yo les pago”

Martes 5 de mayo. El suboficial Roberto Osorio se presenta en Petropar junto al gerente comercial Pedro Román. Usa su celular y llama a su jefe directo, comisario Juan Mendoza. Los comunica a ambos por móvil y allí este último pide “solucionar” el problema. Pide borrar todas las transacciones y ofrecen devolver el dinero en efectivo, según el relato de nuestras fuentes.

Al ver la magnitud de lo ocurrido, ya se le informa al titular de Petropar, Ing. Campos. Este, con toda la documentación que incluía hasta la filmación, acude al Ministerio del Interior junto a Francisco de Vargas y reporta los hallazgos. El ministro pide que se haga una denuncia formal por mesa de entrada.

Miércoles 6 de mayo. De mañana. En su desesperación, el comisario Juan Mendoza pide por escrito un reporte de lo ocurrido. Pero, además, se presenta ya personalmente en la petrolera estatal, según consta en Mesa de Entrada. Alrededor de las 11:40 se apersona, pregunta cuál es el monto en entredicho, ofrece pagar, pide que se borre del sistema y que no queden registros de la operación: “Ustedes borren, yo pago y queda todo como antes”. Ante la negativa de los funcionarios, se retira del ente petrolero, va y prepara otra nota. En ella aparece por primera vez otro tipo de firma, distinta a la que durante dos meses usó y que consta en los archivos de Petropar, tanto desde sus correos como en las presentaciones que hacían por mesa de entrada.

Miércoles 6 de mayo. De tarde. Alrededor de las 14:00, aparece el suboficial Osorio por Petropar. Fue a retirar el informe que había pedido esa mañana su jefe, el comisario Juan Mendoza. ...Para ese entonces ya hacía 24 horas que el ministro del Interior estaba al tanto del desfalco.

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