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El comerciante, al igual que muchos otros afectados, señaló que el siniestro era algo que se veía venir, debido al desastroso estado en que se encontraba toda la estructura del lugar.
Otros damnificados explicaron que las instalaciones eléctricas nunca fueron mejoradas, pese a que cada día se sumaban nuevos usuarios en el bloque.
Por su parte, Gilda de Villalba, propietaria de cuatro casillas, aseguró que perdió todo lo que tenía en mercaderías y una gran cantidad de dinero en efectivo, cheques y algunos pagarés, que en los últimos tiempos deja guardados en el lugar, por seguridad.
“Acá dejamos bajo llave y a la noche hay guardias, si llevamos el efectivo en nuestras casas corremos el riego de ser víctimas de robo o asaltos”, según explicó la mujer.