Resulta muy difícil entender por qué una iniciativa que favorece a los usuarios debe enfrentar obstáculos y prohibiciones por parte del municipio en tanto los criticados taxistas tradicionales siguen siendo protegidos, a pesar de que no cumplen con determinadas ordenanzas municipales y normas tributarias.
Veamos lo positivo. MUV es la denominación comercial de una plataforma digital creada por jóvenes compatriotas. Mediante esta app, el asunceno comunica su deseo de contar con un taxi vía llamada de celular, de inmediato, se le contesta que tal auto, con tal matrícula, con el chofer tal llegará al lugar en tantos minutos, que la tarifa del viaje cuesta tantos guaraníes, según factura legal.
Así, el usuario recibirá un servicio serio, seguro, en un vehículo seminuevo, con aire acondicionado, tarifa fijada de antemano y también le entregarán una factura legal.
¿Qué tenemos en el servicio tradicional del “enjambre amarillo”? Primero, nunca hay seguridad de contar con un taxi; a veces, sobre todo cuando hay mal tiempo, llamás y llamás y nunca te contestan. Segundo, el estado de muchos taxis es lamentable, excepto los de las paradas del microcentro. Tercero, muy pocas unidades cuentan con aire acondicionado y nuestros 40 grados nos acompañan a todas partes.
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Otro punto: nunca se sabe si el taxista está de buen humor ni cuántos días hace que no se baña. Entonces, un día te toca un hermoso y limpio auto con un chofer amable y servicial o..., bueno, ya sabés el otro extremo.
Luego está el tema de las tarifas; el taxímetro pocas veces funciona, el “ojímetro” es más común y si son las 3 de la madrugada, preparate para el zarpazo a tu billetera. Por supuesto, ni se te ocurra pedir una factura porque la respuesta será cualquier excusa tonta.
Por otra parte, están los negociados a costillas del erario público. Las paradas son habilitadas por una simple resolución municipal, pero una vez que los taxistas se anotan para instalarse en un lugar, pasan a ser “dueños” de un pedazo de la calle y, en ese carácter, venden “su” lugar en la parada por más de 100 millones de guaraníes en el Área Metropolitana. Por supuesto, la municipalidad no percibe un centavo por tan singular venta.
En teoría, cada taxista tiene derecho a un solo lugar, pero los capos del sindicato tienen múltiples paradas que alquilan a choferes interesados. Este “alquiler” es ilegal y violatorio de las normas municipales.
La Asociación de Profesionales Taxistas de Asunción dice contar con más de 5.000 socios; sin embargo, solo 2.500 aparecen inscritos en el Registro Único de Contribuyentes (RUC), lo que indica que la otra mitad es “mau”.
Teniendo en cuenta estos datos, nuestras autoridades comunales deberían incentivar y ayudar a los que prestan mejores servicios a los asuncenos, por que para eso los elegimos, ¿verdad?
ilde@abc.com.py